¿Acaso nuestros hábitos diarios en redes sociales y en el mundo virtual, están produciéndonos trastornos de sueño?
Es bien sabido por todos que, el sueño nocturno es esencial para toda la especie humana, y cuando no logramos dormir entre 6 y 8 horas diarias en horario nocturno, ya se empiezan a considerar los trastornos de sueño como una problemática real, la cual, suele suceder con mucha más proporción entre las nuevas generaciones.
Esta problemática no solo ocurre por el exceso de preocupaciones y angustias, sino también por la cantidad desmesurada que los jóvenes pasan frente a sus equipos móviles y frente a sus computadoras, haciendo que, los ya mencionados, trastornos del sueño, tiendan a multiplicarse de forma exponencial entre las generaciones de nativos digitales.
Esto quiere decir que, el consumo excesivo de redes sociales, bien sea para asuntos de negocios, laborales, educativos o solo con fines de entretenimiento, es un arma de doble filo, que pese a todas las ventajas que nos ha ofrecido y continuará haciéndolo, también puede afectar nuestra salud mental, si es que no aprendemos a regular los contenidos que consumimos y la cantidad de horas empleadas para ello.
Este uso desmedido de redes sociales, también tiene consecuencias negativas y es que, debido al constante bombardeo de imágenes, colores, sonidos y fuentes de estimulación visual lo suficientemente potentes como para robar nuestra atención durante muchas horas al día, están propiciando que, estemos utilizando horas que deberían ser para el descanso nocturno, en seguir empleando las redes sociales hasta altas horas de la noche y en muchos casos, hasta la madrugada, afectando claramente,
- nuestra salud mental
- y nuestra capacidad para relaciones de forma empática y tolerante con los demás.
¿Hay evidencia científica que nos informe sobre los daños que pueden conllevar los trastornos de sueño?
La respuesta es sí. Actualmente, existe abundante literatura científica enfocada solamente en entender los trastornos del sueño y la correlación que guardan con nuestras actividades cotidianas. Este punto debe abordarse con especial atención, dado que, los trastornos del sueño no solo afectan la calidad del sueño en sí misma, sino que también, son un factor predisponente para acelerar la aparición de trastornos del ánimo.
Desde esta perspectiva médica, neurocientífica y psicológica, la realidad es que, los pacientes con depresión, por lo regular, tienden a presentar inevitablemente, una serie de anomalías del sueño, tales como: una latencia reducida para entrar en el sueño REM (sueño con movimientos oculares rápidos o MOR por sus siglas en inglés), lo que va ligado a una disminución de la potencia delta del electroencefalograma durante el sueño no REM.
Dormir pocas horas, siempre se convierte en un factor estresante para las personas, y la acumulación de estrés conduce claramente al deterioro de la salud mental y contribuye al desarrollo exponencial de trastornos psiquiátricos.
Por lo tanto, es probable que la depresión y el sueño estén relacionados de forma bidireccional, es decir, que el desarrollo de la depresión contribuya a los trastornos del sueño y viceversa.
Conclusiones
La relación entre la depresión y el sueño parece ser bastante compleja desde un punto de vista neurocientífico, pues la privación aguda del sueño puede, paradójicamente, mejorar los síntomas depresivos.
Lo cierto es que, es mucho más fácil que empecemos a desarrollar síntomas depresivos por el exceso de uso de redes sociales y que seamos incapaces de asumir esa consecuencia dañina y tristemente, parecemos no querer solucionarla.
Por lo tanto, es difícil concluir si el sueño tiene efectos beneficiosos o perjudiciales en pacientes con depresión, lo cual se debe a que, el efecto de los antidepresivos sobre el sueño en pacientes con depresión podría proporcionar pistas para comprender los efectos del sueño, pero se requiere mucha precaución, considerando que los antidepresivos tienen diversos efectos además del sueño.
Estudios recientes en animales respaldan la relación bidireccional entre la depresión y el sueño, y se espera que los modelos animales de depresión sean altamente beneficiosos para la identificación de los circuitos neuronales que conectan el estrés, el sueño con la depresión.
Finalmente, este tipo de investigaciones proporciona una visión general muy completa sobre el conocimiento actual de la relación entre la depresión y el sueño y nos abre un completo panorama sobre la necesidad de modificar nuestros hábitos de vida, pues es evidente que, el consumo desenfrenado de contenidos digitales y la conversión o giro que el mundo está sufriendo en pleno siglo XXI hacia trabajos totalmente digitalizados, van a desencadenar una ola de trastornos psiquiátricos vinculados a los trastornos del sueño y es ahí en donde tendremos que intervenir desde la creación de políticas públicas de regulación para el uso de redes sociales en todos los contextos, pues no podemos anteponer nuestra salud mental al placer de estar todo el tiempo en línea.
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Referencia:
- Yasugaki, S., Okamura, H., Kaneko, A., & Hayashi, Y. (2025). Bidirectional relationship between sleep and depression. Neuroscience Research, 211, 57–64. https://doi.org/10.1016/j.neures.2023.04.006
Cómo citar esta publicación: Parra Bolaños, N. (2025). Relación Entre los Problemas para Dormir y la Depresión: El Costo Psicológico de las Redes Sociales. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/relacion-entre-los-problemas-para-dormir-y-la-depresion-el-costo-psicologico-de-las-redes-sociales/
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