Diversidad e inclusión en el entorno laboral: una realidad tan indiscutible como beneficiosa

[Argentina – Noticias]

Nos encontramos en un contexto social en el que la diversidad cultural, lingüística y poblacional son factores críticos para toda empresa. La convivencia en una comunidad heterogénea es indispensable para una sociedad multicultural y plural. Así mismo, la diversidad neurobiológica y de funcionamiento neurocognitivo forman parte de la propia definición de especie humana, y su consideración y aceptación resulta imprescindible en todos los entornos, tanto sociales como laborales. Es indudable que el empleo de personas con capacidades diferentes o con discapacidad, y la valoración de sus fortalezas y potencialidades, lleva a todo un desafío y nuevo paradigma en el mundo laboral.

La diversidad humana es una realidad que toda organización debe considerar en su cultura. Aprender a valorar las diferencias, eliminar las barreras y mejorar la accesibilidad son algunos de los factores a considerar dentro de la misma. Muchas empresas ya son pioneras en demostrar que la neurodiversidad es enriquecedora en todos los aspectos que hacen a la organización, y dirigen sus protocolos hacia perspectivas más abiertas y diversas, inclusivas y flexibles. Aunque no es un asunto sencillo, según la encuesta global de diversidad e inclusión de PwC, un 76% de las organizaciones consideran que los programas de diversidad e inclusión son prioridad para ellos.

Los recientes avances en investigación de neurociencia y tecnología brindan una comprensión del cableado de nuestras mentes sin precedentes. Por eso sabemos, entre otras cosas, que nuestro cerebro evolucionó a través de diferentes procesos bioevolutivos hasta preferir de forma inconsciente lo familiar y lo conocido, lo que permite a nuestros cerebros (a los que les cuesta ser flexibles) conservar energía, actuar y reaccionar con rapidez. Estos sesgos inconscientes incorporados, si bien son beneficiosos para nuestra supervivencia ancestral y todavía tienen resultados favorables, en ocasiones limitan nuestra capacidad de empatizar con «el otro» o con “lo diferente”. Expliquémoslo así: el cerebro funciona principalmente acorde a tres estados funcionales que se conectan entre sí para trabajar en conjunto: el estado de pensamiento de alto nivel, racional y consciente; el estado instintivo, de alerta, lucha y huida; y el estado de pensamiento emocional, que se origina principalmente en nuestro canal límbico. Algunos líderes empresariales operan principalmente desde su sistema límbico, lo que significa que toman muchas decisiones cruciales emocional y no racionalmente. Estas decisiones inconscientes pueden afectar negativamente a toda la estructura de la organización, e impactar en sus prácticas inclusivas. La buena noticia es que podemos entrenar esta capacidad. Con una estrategia y práctica adecuada y constante, podemos contrarrestar las condiciones precodificadas de nuestros cerebros apoyándonos en situaciones incómodas y desafiando nuestras predisposiciones, con lo que además favorecemos la creación de nuevas vías neuronales. Se trata de aprender a apreciar las diferencias inherentes que nos rodean, en lugar de registrarlas como amenazas.

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Cómo citar esta publicación: Sanz Blasco, S. (2023). Diversidad e inclusión en el entorno laboral: una realidad tan indiscutible como beneficiosa. Noticias.
Investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Farmacológicas (ININFA) de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. Realizó un posdoctorado en el Neuroscience and Aging Research Center del Instituto Sanford Burnham Prebys, en San Diego, California. Es Doctora en Fisiología por el Instituto de Biología y Genética Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Además, es Licenciada en Ciencias Químicas, titulada en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid. Ha sido autora y coautora de más de 20 publicaciones científicas en el campo de las enfermedades neurodegenerativas.