Aprendiendo a Aprender: El Poder del Entrenamiento de Metacognición en el Aula

Introducción al Entrenamiento de Metacognición

Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas que se desarrollan a lo largo de la vida.

Su entrenamiento puede y debe darse en todos los ámbitos, desde el familiar, hasta el social y el académico.

Para transitar el camino de la vida adulta de forma exitosa, es necesario saber manejar estas habilidades ejecutivas, por ejemplo, saber organizar las tareas del día a día, monitorear el desarrollo de estas, adaptarse a los cambios, etc.

 

Desafíos para Neurodivergentes

Las personas neurodivergentes o con alguna condición en su neurodesarrollo, por ejemplo, con autismo, suelen tener desafíos en su funcionamiento ejecutivo que afectan a sus actividades diarias, sin que esto tenga relación con el coeficiente intelectual del individuo.

De hecho, hay teorías que afirman que las características del autismo surgen principalmente como consecuencia de los déficits en las funciones ejecutivas, por lo que resulta prioritario poner atención en que sean ejercitadas.

 

La Metacognición como Habilidad Clave

Si bien todas las habilidades ejecutivas son claves para la interacción social, la resolución de problemas, y la autogestión diaria, hay una de ellas que es particularmente importante en la trayectoria académica y autonomía de los estudiantes, al influir en la adquisición de estrategias y recursos propios para la atención, la comprensión y el aprendizaje.

 

Desarrollando la Capacidad de Aprender a Aprender

El desarrollo de la habilidad metacognitiva, o dicho de forma coloquial, la capacidad de “aprender a aprender”, nos permite conocer qué sabemos, ser conscientes de qué no sabemos, y evaluar cómo acceder a la adquisición de nuevos conocimientos de la manera que mejor sirva a cada uno de nosotros.

Como toda función ejecutiva, la metacognición es dinámica, es decir que puede entrenarse y desarrollarse en mayor o menor medida, y se interrelaciona con el resto de los procesos cognitivos.

Así, impacta en habilidades como la atención, la planificación, la toma de decisiones, la expresión oral o escrita, y la autoeficacia, entre otras.

Poder identificar correctamente qué contenidos conocen y cuáles necesitan integrar ayuda a los estudiantes a adaptar sus estrategias de estudio y a mejorar su rendimiento académico.

Desarrollar la metacognición implica conocer cómo aprendemos y regular ese proceso en el que se identifica el problema, se define cómo afrontarlo, se intenta resolver y se corrobora si la respuesta fue adecuada.

Este conjunto de acciones autogestionadas contribuyen a la autonomía, a la facilidad para detectar errores, a la creatividad y al pensamiento crítico de los estudiantes.

Tener bajos recursos metacognitivos lleva tanto a sobreestimar como a desconfiar del conocimiento adquirido, lo que perjudicará al estudiante, por ejemplo, a la hora de rendir.

 

Herramientas para Fomentar la Metacognición en el Aula

Existen herramientas que permiten promover en el aula el desarrollo de habilidades metacognitivas:

  • Una de ellas es hacer que el alumno sea protagonista de su propio aprendizaje, motivando que se haga preguntas que le ayuden a desarrollar su confianza y su habilidad metacognitiva: ¿qué contenidos conozco? ¿qué me falta por aprender? ¿qué estrategias me dieron más resultado para adquirir un conocimiento? ¿cómo y dónde puedo aplicar lo aprendido? ¿soy capaz de explicar lo que aprendí?

Con este objetivo, las autoevaluaciones son clave, ya que permiten identificar errores y corregirlos, y favorecen el cuestionamiento sobre diferentes situaciones planteadas.

  • Añadido a esto, se ha demostrado en el ámbito académico que transmitir un conocimiento recientemente adquirido a un par tiene doble beneficio: ayuda por una parte a consolidar un contenido al poder explicárselo a un tercero, y por la otra parte ese tercero se va a apropiar del conocimiento, muchas veces con menos miedo a equivocarse y menor frustración que si lo recibe de un adulto.

Todo esto mejorará la metacognición de ambos pares y su confianza en su capacidad de lograr resultados positivos.

 

El Papel de la Tutoría entre Pares

Viendo que la tutoría entre pares es tan relevante y eficiente, la hipótesis subsecuente es si esta estrategia podría ser de ayuda poniendo la mirada en la inclusión o convivencia escolar.

En un aula diversa en la que cada alumno tenga sus propios procesos y ritmos de aprendizaje, donde a algunos alumnos les cueste más el proceso de autoevaluación, de identificación de errores y de resolución de problemas que, a otros, sería enriquecedor que en determinadas ocasiones se asignen pares académicos entre los estudiantes para reforzar los procesos tanto de adquisición, como de consolidación y de evocación de los conocimientos.

Esta propuesta ayuda a que entre los estudiantes analicen qué saben, qué les falta por aprender, y a que deduzcan cómo llegar a adquirir el conocimiento que les falta. Es decir, desarrolla su metacognición, propiciando las competencias y aptitudes necesarias para desarrollarse de forma autónoma.

De esta forma se contribuye a no limitar la clase a un espacio donde el maestro enseña y los alumnos aprenden al unísono, y se priorizan las diferentes características, individualidades, y necesidades de cada estudiante.

 

Conclusión: Empoderando el Futuro a través de la Metacognición

La integración del entrenamiento de metacognición en la educación es esencial para el desarrollo integral de los estudiantes, preparándolos no solo para el éxito académico, sino para la vida misma. Al enseñarles a ser conscientes de su propio proceso de aprendizaje, fomentamos la autonomía, la adaptabilidad y un pensamiento crítico profundo. Este enfoque metacognitivo no solo enriquece la experiencia educativa sino que también empodera a los estudiantes para enfrentar con confianza y eficacia los retos futuros.

 

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Bibliografía:

  • Halmo, S. M., Yamini, K. A., & Stanton, J. D. (2024). Metacognition and Self-Efficacy in Action: How First-Year Students Monitor and Use Self-Coaching to Move Past Metacognitive Discomfort During Problem Solving. CBE Life Sciences Education, 23(2), ar13. https://doi.org/10.1187/cbe.23-08-0158
  • Munsell, E. G. S., Orsmond, G. I., Fulford, D., & Coster, W. J. (2022). Metacognition Mediates the Effect of Social Communication and Internalizing Behaviors on Self-management of Daily Life Tasks for Diploma-Track Autistic Youth. Journal of Autism and Developmental Disorders, 52(10), 4274–4285. https://doi.org/10.1007/s10803-021-05306-z
  • Goldstein, J. y Calero, C. I. (2022). ¿De qué hablamos cuando hablamos de metacognición en el aula? JONED. Journal of Neuroeducation, 3(1), 53-68. https://doi.org/10.1344/joned.v3i1.39565
Cómo citar esta publicación: Sanz Blasco, S. (2024). Aprendiendo a Aprender: El Poder del Entrenamiento de Metacognición en el Aula. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/aprendiendo-a-aprender-el-poder-del-entrenamiento-de-metacognicion-en-el-aula

Investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Farmacológicas (ININFA) de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. Realizó un posdoctorado en el Neuroscience and Aging Research Center del Instituto Sanford Burnham Prebys, en San Diego, California. Es Doctora en Fisiología por el Instituto de Biología y Genética Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Además, es Licenciada en Ciencias Químicas, titulada en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid. Ha sido autora y coautora de más de 20 publicaciones científicas en el campo de las enfermedades neurodegenerativas.