Autismo, pseudociencia y falsas promesas: un análisis crítico de los intentos fallidos de “curar” lo que no es una enfermedad

“Curar” el autismo: la peligrosa industria de las falsas promesas

De tanto en tanto aparecen titulares que anuncian “un descubrimiento que cambiará para siempre la vida de las personas autistas”. Un nuevo fármaco, una terapia experimental. El impacto social consecuente es inmediato: la idea de una “cura” para el autismo moviliza expectativas, atrae inversores y alimenta la esperanza de muchas familias. Sin embargo, detrás de esos anuncios ruidosos suele esconderse una realidad mucho menos espectacular: los ensayos clínicos fracasan, los riesgos superan los beneficios y lo que queda es un mercado de falsas promesas que se aprovecha de la incertidumbre y el desconocimiento.

 

Autismo y neurodiversidad

Sabemos que el autismo no es una enfermedad que deba erradicarse, sino una forma de diversidad neurológica, una condición del neurodesarrollo con barreras más o menos complejas, con distintos niveles de apoyo, según cada individuo. No obstante, el paradigma biomédico que reduce la condición a una desviación que necesita recuperación sigue impregnando nuestra cultura, reforzado por intereses económicos y la presión social de encontrar una fórmula para normalizar lo diferente.

 

Células madre y otros intentos fallidos: expectativas vs. evidencia

En esta búsqueda, uno de los campos que más expectativas generó en la última década fueron los ensayos con células madre, especialmente con células madre mesenquimales derivadas del cordón umbilical. Investigadores de la Universidad de Duke y de centros como Sutter Health probaron transfusiones en niños autistas con la idea de regenerar circuitos neuronales o modular el sistema inmune.

Pero la evidencia fue contundente: en estudios doble ciego, aleatorizados y controlados con placebo no se observaron mejoras significativas en las características centrales del autismo —como la comunicación social o los patrones repetitivos de conducta—. En algunos casos se reportaron mejoras en conductas adaptativas o mayor interacción, pero los mismos equipos reconocieron que podían explicarse por el efecto placebo o por el entusiasmo y la atención adicional que recibían los niños durante el ensayo.

A pesar de los resultados negativos, clínicas privadas en distintas partes del mundo siguen ofreciendo “terapias regenerativas” a precios exorbitantes. Amparadas en un marketing agresivo y en la falta de regulación, presentan estos tratamientos como “innovadores”, aunque carecen de aprobación por agencias como la FDA (Estados Unidos) o la EMA (Europa).

 

El auge de la pseudociencia: tratamientos sin evidencia y con riesgos

La falta de un tratamiento clínico, en tanto que no hablamos de una patología, ha abierto la puerta a una industria tan lucrativa como peligrosa:

  • dietas restrictivas extremas,
  • terapias de quelación,
  • trasplante de microbiota fecal,
  • oxigenoterapia hiperbárica,
  • estimulación magnética (MeRT),
  • e incluso inyecciones de exosomas.

Todas estas propuestas comparten una misma lógica: se trata de un negocio pseudocientífico basado más en la esperanza e ilusión que en la evidencia científica.

El problema no es solo económico —familias endeudándose para pagar intervenciones inútiles— sino sanitario y ético. Muchas de estas terapias pueden causar daños irreversibles, además de instalar desconfianza hacia la ciencia y distraer recursos que podrían destinarse a apoyos realmente útiles: terapias basadas en la evidencia, formación, accesibilidad, apoyos educacionales y acompañamiento.

 

El impacto emocional en padres y cuidadores atrapados en la desinformación

En mi trabajo cotidiano con familias de niños con autismo he podido ver de cerca cómo impactan estos discursos. No se trata únicamente de padres que buscan una mejora, sino de personas profundamente comprometidas que, desde el amor y la desesperación, se ven atrapadas en una narrativa que los hace sentir culpables si no lo intentan todo. El dilema moral de “no estar haciendo lo suficiente”, sostenido por la presión social y la desinformación en redes sociales, genera ansiedad, sobrecarga emocional y una sensación de estar siempre en deuda con el propio hijo.

 

Investigación científica real: avances y nuevas hipótesis

En contraste con los negocios milagrosos, la investigación científica real avanza a otro ritmo. Un ejemplo reciente es el trabajo en el que se identificó una secuencia de 24 letras de ADN cuya pérdida altera la proteína CPEB4, reguladora de cientos de genes clave en el neurodesarrollo. Según este estudio, esta alteración podría estar presente en hasta un 80 % de los casos de autismo idiopático. En modelos animales, la reintroducción de los aminoácidos perdidos permitió restaurar la función de la proteína, lo que abre un camino para comprender mejor la biología del autismo.

Sin embargo, no estamos frente a un tratamiento, ni siquiera a un ensayo clínico en humanos, sino un avance en la investigación básica, aún lejano de la práctica clínica. El problema surge cuando medios de comunicación difunden el hallazgo con una narrativa del milagro que se impone a la realidad científica. El camino no es negar los avances de la ciencia, sino contextualizarlos con honestidad. La investigación básica es valiosa y puede abrir nuevas puertas, pero aún está lejos de traducirse en terapias.

 

El discurso de la “cura” del autismo no solo es científicamente cuestionable, sino éticamente problemático

Refuerza la idea de que la persona autista debe cambiar para ser aceptada, cuando el verdadero desafío es construir una sociedad capaz de comprender y respetar la neurodiversidad.

El verdadero compromiso con las personas autistas y sus familias pasa por garantizar apoyos efectivos, información veraz y entornos heterogéneos de convivencia. Porque la diversidad neurológica no es un error a corregir, sino una forma legítima de ser en el mundo.

Recomendación para profundizar: Desmintiendo a Robert F. Kennedy Jr.: La realidad del Autismo en todas sus formas frente a la narrativa errónea de una «enfermedad prevenible»

 

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Bibliografía:

Cómo citar esta publicación: Sanz Blasco, S. (2025). Autismo, pseudociencia y falsas promesas: un análisis crítico de los intentos fallidos de “curar” lo que no es una enfermedad. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. https://asociacioneducar.com/blog/autismo-pseudociencia-y-falsas-promesas-un-analisis-critico-de-los-intentos-fallidos-de-curar-lo-que-no-es-una-enfermedad/
https://bicyt.conicet.gov.ar/fichas/p/sara-isabel-sanz-blasco
Investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Farmacológicas (ININFA) de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, su proyecto actual se centra en evaluar la influencia de diversos factores psicosociales y educativos en el desarrollo ejecutivo y social, así como en los niveles de cortisol en niños con trastorno del espectro autista. Realizó un posdoctorado en el Neuroscience and Aging Research Center del Instituto Sanford Burnham Prebys, en San Diego, California. Es Doctora en Fisiología por el Instituto de Biología y Genética Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Además, es Licenciada en Ciencias Químicas, titulada en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid. Autora y coautora de más de 20 publicaciones científicas.