Varios factores son los que están involucrados en un correcto desarrollo académico. Desde tener una buena alimentación a poder descansar por la noche, todas estas conductas influyen en como el estudiante va a transitar su camino académico.
En el caso de los adolescentes, esto es todavía más complejo, debido a la etapa vital en la que se encuentran. Sin duda, uno de los principales obstáculos que enfrentan, es encontrarse con las ganas de estudiar o dedicar tiempo al colegio. Estas ganas es lo que conocemos como motivación académica.
¿De dónde viene la motivación?
La motivación académica viene de la teoría de autodeterminación, formulada por Decy y Ryan ya hace varias décadas, la cual muestra que hay tres tipos de motivación:
- la motivación intrínseca, que es impulsada por la satisfacción personal;
- la motivación extrínseca, que es impulsada por recompensas externas;
- y la amotivación, que se define como la falta de intención de actuar.
Estos tres factores se balancean entre sí, dando por resultado los niveles de motivación de las personas.
¿Qué es la motivación académica?
La motivación académica es el conjunto de razones internas o externas que impulsan a una persona a iniciar, sostener y orientar sus esfuerzos hacia el aprendizaje y el rendimiento en el ámbito educativo.
Podemos decir que es el grado de energía, interés y compromiso que un estudiante pone en sus tareas escolares. La motivación académica influye no sólo en el rendimiento, sino también en cómo los estudiantes enfrentan el estrés y preservar su bienestar.
La motivación académica como factor protector
Estudiar la motivación puede tener muchos efectos positivos en el bienestar de la persona y en su desarrollo personal. Por esto, un estudio muy reconocido realizado en 379 estudiantes australianos buscó analizar como es la relación entre la motivación con otras variables como las estrategias de afrontamiento y el bienestar psicológico.
La motivación para promover la salud mental
Los resultados de este estudio mostraron como la motivación intrínseca estaba asociada a mayores niveles de bienestar psicológico, mientras que la motivación extrínseca y la amotivación se asociaban con menores niveles. Por otro lado, también se encontró como la motivación influye en las estrategias de afrontamiento, las cuales impactan directamente en el bienestar.
Conclusión
La motivación académica cumple un rol central en el desempeño escolar y en la salud mental de los estudiantes, especialmente durante la adolescencia. Comprender de dónde provienen las ganas de estudiar permite intervenir de forma más efectiva para fortalecer los recursos internos de los jóvenes.
Fomentar la motivación intrínseca no solo mejora el rendimiento académico, sino que también actúa como un factor protector frente al estrés y contribuye al bienestar psicológico general. Por eso, promover un entorno educativo que despierte el interés genuino por aprender es clave para formar estudiantes más comprometidos, resilientes y saludables.
Referencia:
- Kramer, A. W., Huizenga, H. M., Van Duijvenvoorde, A. C., & Krabbendam, L. (2024). Do I want to learn today? Day-to-day variations in adolescents’ academic motivation and effort. Learning and Motivation, 85, 101957. https://doi.org/10.1016/j.lmot.2023.101957
Cómo citar esta publicación: González Caino, P. C. (2025). La Motivación Académica: de donde vienen las Ganas de Estudiar. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/la-motivacion-academica-de-donde-vienen-las-ganas-de-estudiar/
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