Si bien existe cierta diversidad terminológica y conceptual respecto a la ansiedad, desde una conceptualización multidimensional se la considera como un estado emocional complejo, difuso y aversivo que se caracteriza por una aprensión excesiva irracional, intranquilidad, tensión, hipervigilancia y preocupación, acompañada de la activación del sistema nervioso autónomo en ausencia de un estímulo específico que la desencadene.
Sin embargo, esta respuesta emocional que inicialmente es adaptativa se puede convertir en patológica y es aquí donde aparecen los trastornos de ansiedad que se caracterizan por presentar una dificultad para percibir los aspectos seguros de las situaciones de peligro y por una tendencia a subestimar las capacidades de afrontamiento.
El objetivo de este trabajo es realizar una revisión del concepto de ansiedad y los trastornos asociados a ella desde una perspectiva neuropsicológica, explorándola desde las diferentes escuelas psicológicas hasta su estudio también desde una mirada neurobiológica.
De esta manera, se realiza una distinción entre la ansiedad y el miedo y se enfatiza en la diferenciación entre ansiedad normal y ansiedad patológica. Por último, se analiza el impacto que tiene la ansiedad en el funcionamiento cognitivo y se destaca la importancia de su tratamiento.
Conclusiones
Los Trastornos de Ansiedad (TA) se encuentran entre las enfermedades mentales más comunes en el mundo occidental (Arenas & Puigcerver, 2009; Somers et al., 2006).
Sus síntomas afectan el desempeño laboral, académico y social, consumen muchos recursos de salud y son un factor de riesgo de los trastornos cardiovasculares. Si bien su diagnóstico aún no se basa en biomarcadores objetivos (Shadli et al., 2015), su base neurobiológica está en las alteraciones del circuito cerebral del miedo, siendo éste el circuito más estudiado desde las investigaciones conductistas, ahora con imágenes cerebrales de resonancia magnética funcional y PET.
Estas alteraciones consisten, de forma sintética, en el aumento en la respuesta de la amígdala a los estímulos de miedo y la disminución de la capacidad de la corteza prefrontal ventral para disminuir la respuesta de miedo antes de que se extinga junto con una disminución de la conectividad con el hipocampo.
Este conocimiento ha permitido que el tratamiento de los TA se realice con técnicas conductistas, psicofármacos, terapia cognitivo-conductual, yoga, mindfulness, rehabilitación neuropsicológica y recientemente con estimulación magnética transcraneal (Martínez-Malllen & López-Garza, 2011).
Se ha planteado que el éxito de la terapia cognitivo comportamental depende en parte del empleo que los pacientes realicen de sus funciones ejecutivas, observándose que justamente las técnicas cognitivo-comportamentales como la asignación de tareas, la reestructuración cognitiva y la disputa racional, entre otras, implicarían la utilización de las funciones cognitivas de los pacientes (Balbi & Roussos, 2010).
Asimismo, la práctica de la atención plena ha mostrado mejoras en la regulación emocional y la atención selectiva en estos casos (Langarita-Llorente & Gracia-García, 2019).
Estudio completo: https://ciencialatina.org/index.php/cienciala/article/view/4825/7310
Autores:
- Rocio González, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
- Nicolás Parra-Bolaños, Asociación Educar para el Desarrollo Humano.
Cómo citar esta publicación: González, R., & Parra-Bolaños, N. (2023). Neuropsicología de los trastornos de ansiedad. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 7(1), 5206-5221. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4825