Reseña del Libro: «El Aprendizaje Basado en el Pensamiento»

En tiempos donde la educación se encuentra interpelada por desafíos profundos —tecnológicos, culturales, sociales y éticos—, urge revisar qué y cómo estamos enseñando. Ya no alcanza con transmitir información ni con lograr que los estudiantes memoricen datos o fórmulas. La velocidad del cambio exige nuevas capacidades: aprender a pensar críticamente, resolver problemas complejos, tomar decisiones fundamentadas y, sobre todo, comprender el mundo desde múltiples perspectivas. En este contexto, el libroEl aprendizaje basado en el pensamiento, publicado por SM en su colección Innovación Educativa, se convierte en una lectura imprescindible para quienes buscan transformar la enseñanza con sentido y profundidad.

Los autores, referentes internacionales en el campo del pensamiento crítico y la enseñanza estratégica, abordan un enfoque didáctico que promueve la enseñanza explícita del pensamiento como una competencia transversal. Robert Swartz, Arthur Costa, Barry Beyer, Rebecca Reagan y Bena Kallick proponen un marco claro y operativo que integra el pensamiento con el currículum, destacando que no se trata de una habilidad aislada, sino de una forma de organizar la experiencia de aprendizaje.

Desde las primeras páginas, el libro plantea una premisa poderosa: si los estudiantes no aprenden a pensar por sí mismos, difícilmente podrán desenvolverse en sociedades cada vez más inciertas, ambiguas y demandantes. Por ello, se propone una “cultura del pensamiento” en las aulas, en la que el análisis, la argumentación, la reflexión y la metacognición se convierten en prácticas cotidianas, no como un agregado a los contenidos, sino como parte sustantiva de ellos.

Uno de los principales méritos del texto es su capacidad de articular teoría y práctica. A través de múltiples ejemplos reales de aulas y docentes que han implementado el enfoque, se muestran estrategias concretas para:

  • enseñar a los estudiantes a clasificar,
  • comparar,
  • inferir,
  • establecer relaciones causa-efecto,
  • evaluar evidencia
  • y generar ideas originales.

Además, se abordan cuestiones clave como el diseño de unidades didácticas centradas en el pensamiento, el uso de organizadores visuales, la evaluación formativa y el rol activo del docente como mediador del pensamiento.

El prólogo de David Perkins —una autoridad en educación y pensamiento crítico— aporta una perspectiva contextual que realza el valor de la obra. Para Perkins, este libro es parte de un movimiento más amplio que busca dotar a la educación de propósito, profundidad y relevancia. En sus palabras, no se trata simplemente de enseñar mejor, sino de enseñar para el entendimiento duradero.

Sin embargo, como todo enfoque ambicioso, esta propuesta también deja preguntas abiertas y desafíos por resolver. Uno de los aspectos que podría enriquecerse es la articulación entre pensamiento y emoción. Aunque se reconoce la importancia del clima de aula y de la disposición de los estudiantes para aprender, el libro no profundiza en el modo en que las emociones influyen en la calidad del pensamiento. La integración de marcos teóricos como la inteligencia emocional, la neuroeducación o la psicología positiva podría ofrecer nuevas claves para una comprensión más integral de la experiencia de aprender.

Otro punto a considerar es la viabilidad de implementación en contextos educativos con recursos limitados o con estructuras rígidas. Si bien el enfoque tiene gran potencial transformador, su aplicación requiere una formación docente sostenida, tiempos institucionales adecuados, acompañamiento pedagógico y una cultura escolar abierta a la innovación.

  • ¿Qué ocurre en sistemas donde estas condiciones no están garantizadas?
  • ¿Cómo hacer para que esta propuesta no quede confinada a experiencias aisladas, sino que pueda ser escalada a nivel sistémico?

Asimismo, el libro no aborda en profundidad la tensión entre este enfoque y las evaluaciones estandarizadas, que muchas veces empujan a los docentes a priorizar contenidos sobre habilidades. ¿Es posible enseñar a pensar en un sistema que aún valora más las respuestas correctas que las preguntas profundas?

Estas preguntas no desmerecen el aporte del libro; por el contrario, lo enriquecen. Nos invitan a pensar críticamente incluso sobre las propuestas que promueven el pensamiento crítico, y a reflexionar sobre las condiciones estructurales, pedagógicas y culturales necesarias para que enfoques como este puedan convertirse en políticas sostenibles y no solo en buenas intenciones.

En definitiva, “El aprendizaje basado en el pensamiento” es una obra sólida, inspiradora y provocadora. Una invitación a todos los que trabajamos en educación a ir más allá del “qué enseñar” para enfocarnos en el “cómo pensar”. Una herramienta valiosa para construir aulas donde los estudiantes no solo aprendan contenidos, sino que desarrollen el juicio, la creatividad y la responsabilidad necesarios para habitar el siglo XXI con conciencia y compromiso.

  • ¿Cómo enseñamos a pensar en contextos de desigualdad?
  • ¿Qué condiciones institucionales necesitamos para transformar el currículum en clave de pensamiento?
  • ¿Qué tensiones emergen entre esta propuesta y las culturas escolares tradicionales?

Educar para el pensamiento no es una opción metodológica: es una apuesta ética por una escuela que forme personas capaces de transformar el mundo con lucidez y sensibilidad.

 

Autores

Robert J. Swartz, Arthur L. Costa, Barry K. Beyer, Rebecca Reagan y Bena Kallick.

Prólogo

David Perkins.

Editorial

Colección Innovación Educativa – Editorial SM.

Para profundizar tus conocimientos en este tema

Diplomatura Universitaria en Inteligencia Emocional con Base Científica. Aprende a desarrollar habilidades socioemocionales y resiliencia basándote en la evidencia.





Cómo citar esta publicación: Vigo, C. J. (2025). Reseña “El aprendizaje basado en el pensamiento”. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/resena-el-aprendizaje-basado-en-el-pensamiento
https://orcid.org/0009-0002-5627-5444
Doctor en Educación por la Universidad Católica de Santa Fe y Posdoctorado en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es Codirector del Doctorado en Educación, director de la Revista en Educación Krínein en la Universidad Católica de Santa Fe, y Rector del Instituto Superior Sanmartiniano en Posadas-Misiones. Sus investigaciones se relacionan con inteligencia emocional en la educación secundaria y superior, sociología de la educación, evaluación y gestión educativa.