Propiocepción y Emociones en la Infancia: Claves para la Regulación desde el Cuerpo

La propiocepción, a menudo llamada “el sentido invisible”, permite al cuerpo conocer la posición y el movimiento de sus partes sin necesidad de mirar.

Aunque tradicionalmente ha sido abordada en el contexto del control motor, investigaciones recientes han demostrado que su impacto va mucho más allá, en especial, influye directamente en la forma en que los niños regulan sus emociones y responden socialmente al entorno.

Un estudio reciente titulado Proprioception, Emotion and Social Responsiveness in Children with Developmental Disorders (Riquelme et al., 2024), publicado en la revista científica Children, exploró cómo la propiocepción se relaciona con la regulación emocional y el comportamiento social en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), Parálisis Cerebral (PC) y en niños con desarrollo típico.

Los resultados fueron reveladores: los déficits propioceptivos se asocian directamente con dificultades para reconocer y expresar emociones, así como con desafíos en la adaptación social.

Este artículo presenta de forma clara y accesible los hallazgos principales de dicha investigación, analizando cómo las alteraciones en la propiocepción pueden generar “ruido interno” que afecta la interpretación emocional y la interacción social.

Asimismo, se destacan estrategias prácticas desde la fisioterapia, la familia y el ámbito educativo para acompañar y fortalecer a estos niños desde un enfoque integrador y respetuoso de sus particularidades.

 

¿Qué es la Propiocepción?

La propiocepción es la información que el sistema nervioso recibe de músculos, articulaciones y tejidos profundos sobre la posición y movimiento del cuerpo, está íntimamente conectada con estructuras cerebrales que regulan emociones y comportamiento social, como el cerebelo y la corteza prefrontal (Hilber, 2022; Riquelme et al., 2024).

Alteraciones en este sistema pueden generar lo que algunos autores llaman “noticias internas falsas”, una percepción distorsionada del estado corporal que interfiere con la adaptación emocional al entorno (Riquelme et al., 2024).

 

Trastornos del Neurodesarrollo y Propiocepción

En niños con TEA, las dificultades no motrices pueden coexistir con una integración atípica de la información propioceptiva, afectando su respuesta emocional y conducta social. En niños con PC, las alteraciones motoras afectan directamente la calidad de la retroalimentación propioceptiva, disminuyendo su capacidad de reconocer posturas o movimientos propios (Riquelme et al., 2024).

El estudio mostró que los niños con PC presentaron un mayor déficit en el conocimiento emocional, mientras que los niños con TEA evidenciaron más dificultades en responsividad social. Ambos grupos, sin embargo, compartieron una relación directa entre la propiocepción y la regulación emocional básica.

 

Impacto en el aprendizaje y la vida diaria

Académico: Las dificultades para regular emociones pueden interferir con la atención, la participación en clase y la gestión de la frustración ante tareas escolares (Bang & Igelström, 2023).

Social: Los niños con alteraciones propioceptivas pueden malinterpretar señales corporales propias y ajenas, afectando su capacidad de empatía o el establecimiento de vínculos (Marshall & Meltzoff, 2020).

Emocional: El mal procesamiento de señales internas puede intensificar emociones negativas como la ansiedad o la irritabilidad, generando una respuesta desproporcionada ante estímulos cotidianos (Ackerley et al., 2017).

 

Estrategias de intervención

Para Terapeutas

  • Entrenamiento propioceptivo dirigido: Actividades como el uso de pesas ligeras, presión profunda y caminatas sobre superficies irregulares ayudan a mejorar la percepción corporal (Riquelme et al., 2024).
  • Terapias basadas en el cuerpo y la emoción: Modalidades como el yoga infantil o la danza-terapia facilitan la conexión entre el movimiento y la regulación emocional (Finzi & Rosenthal, 2016).
  • Educación emocional con apoyo sensorial: Enseñar emociones básicas usando dinámicas corporales mejora la integración entre percepción, emoción y lenguaje.

Para Padres y Cuidadores

  • Incorporar rutinas sensoriales en el hogar: Actividades como envolver al niño en mantas pesadas, juegos de presión y caminatas descalzas.
  • Nombrar las emociones y vincularlas con sensaciones corporales: Por ejemplo, “¿sientes mariposas en el estómago cuando estás nervioso?”.
  • Refuerzo positivo ante avances en la expresión emocional: Esto potencia la autoestima y disminuye la reactividad emocional.

Para Educadores

  • Pausas activas con componentes propioceptivos: Incluir movimientos lentos y controlados, como estiramientos suaves o ejercicios con bandas elásticas.
  • Crear espacios tranquilos con estímulos sensoriales controlados: Un rincón con cojines, luces suaves o texturas para autorregulación.
  • Colaboración con equipos terapéuticos: Diseñar estrategias pedagógicas que consideren las particularidades sensoriales del estudiante.

 

Actividades Recomendadas para Fortalecer la Propiocepción y la Regulación Emocional

  • Juegos de “espejo” o imitación de posturas.
  • Caminar con los ojos cerrados guiado por voz o cuerdas.
  • Juegos con pelota medicinal o rodillos sensoriales.
  • Narrativas emocionales con movimientos asociados (por ejemplo: “cuando estoy feliz, salto como un conejo”).
 

Conclusión

La propiocepción, tradicionalmente comprendida como un componente esencial del sistema sensoriomotor, ha demostrado tener un papel mucho más complejo y trascendental en el desarrollo humano, los hallazgos recientes nos invitan a repensar su función no solo como base del movimiento, sino como una puerta de entrada al mundo emocional y social del niño.

Lejos de ser un simple sentido “físico”, la propiocepción actúa como un canal silencioso pero fundamental para

  • la autorregulación emocional,
  • la empatía,
  • la interacción social
  • y la construcción del yo corporal.

En los niños con trastornos del neurodesarrollo, como el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y la Parálisis Cerebral (PC), los déficits en la integración propioceptiva no solo afectan su ejecución motora, sino también su forma de procesar emociones, adaptarse a los entornos sociales y responder ante estímulos emocionales. Ignorar este vínculo sería reducir las intervenciones terapéuticas a un enfoque meramente funcional, cuando en realidad estos niños requieren una mirada holística que contemple el cuerpo como vía de expresión emocional y de conexión social.

Incorporar la propiocepción como eje central en las evaluaciones clínicas y en las intervenciones interdisciplinarias puede generar un cambio significativo en la calidad de vida de estos niños.

A través de estrategias sensoriales específicas, actividades estructuradas y entornos adaptados, es posible

  • fortalecer la seguridad corporal,
  • mejorar la regulación emocional
  • y potenciar la participación social.

Este enfoque no solo beneficia al niño, sino que también facilita la labor de educadores, terapeutas y familias, al proporcionar herramientas concretas para comprender y acompañar las reacciones emocionales desde la percepción corporal.

Además, este paradigma invita a una transformación en las prácticas pedagógicas y terapéuticas. La propiocepción no debe ser vista como un objetivo aislado, sino como una vía transversal que puede integrarse

  • en la enseñanza de las emociones,
  • en el juego,
  • en la rutina diaria
  • y en los procesos de inclusión.

Por ello, resulta urgente que los programas de intervención comiencen a articular el desarrollo emocional motor y sensorial como un todo inseparable, donde cuerpo y mente se reconozcan mutuamente en el acto de sentir, moverse y vincularse.

Finalmente, reconocer el papel de la propiocepción en el desarrollo emocional y social es también un acto de justicia hacia la infancia. Significa entender que muchos comportamientos malinterpretados como “desobediencia”, “falta de empatía” o “hipersensibilidad” pueden tener su origen en un procesamiento sensorial alterado.

Significa también brindar nuevas oportunidades a los niños para reconectarse con su cuerpo, expresar lo que sienten y relacionarse con el mundo desde un lugar más auténtico, seguro y respetado.

En definitiva, abordar la propiocepción desde esta mirada amplia y compasiva nos permite acompañar mejor a los niños, intervenir de manera más efectiva y, sobre todo, construir entornos más empáticos, accesibles y humanizados, donde cada niño pueda desplegar su potencial en todas sus dimensiones:

  • motora,
  • emocional
  • y social.
 

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Referencias:

  • Riquelme, I., Hatem, S. M., Sabater-Gárriz, Á., Martín-Jiménez, E., & Montoya, P. (2024). Proprioception, emotion and social responsiveness in children with developmental disorders: An exploratory study in autism spectrum disorder, cerebral palsy and different neurodevelopmental situations. Children, 11(6), 719. https://doi.org/10.3390/children11060719
  • Ackerley, R., Aimonetti, J. M., & Ribot-Ciscar, E. (2017). Emotions alter muscle proprioceptive coding of movements in humans. Scientific Reports, 7(1), 8465. https://doi.org/10.1038/s41598-017-08721-4
  • Bang, P., & Igelström, K. (2023). Modality-specific associations between sensory differences and autistic traits. Autism, 27(8), 2158–2172. https://doi.org/10.1177/13623613231188799
  • Finzi, E., & Rosenthal, N. E. (2016). Emotional proprioception: Treatment of depression with afferent facial feedback. Journal of Psychiatric Research, 80, 93–96. https://doi.org/10.1016/j.jpsychires.2016.06.009
  • Hilber, P. (2022). The role of the cerebellar and vestibular networks in anxiety disorders and depression: The internal model hypothesis. The Cerebellum, 21(6), 791–800. https://doi.org/10.1007/s12311-022-01400-9
  • Marshall, P. J., & Meltzoff, A. N. (2020). Body maps in the infant brain: Implications for neurodevelopmental disabilities. Developmental Medicine & Child Neurology, 62(7), 778–783. https://doi.org/10.1111/dmcn.14540

Cómo citar esta publicación: Amaya Cordoba, A. C. (2025). Propiocepción y Emociones en la Infancia: Claves para la Regulación desde el Cuerpo. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/propiocepcion-y-emociones-en-la-infancia-claves-para-la-regulacion-desde-el-cuerpo

http://www.fisiodelainfancia.com
Fisioterapeuta, Escuela Colombiana de Rehabilitación de Colombia; Magíster en Neuropsicología y Educación, Universidad Internacional de La Rioja; Profesora del Programa de Fisioterapia de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Iberoamericana, asistente editorial de la revista Movimiento Científico e investigadora en la misma institución; Coeditora del libro "Fisioterapias y Kinesiologías del Sur", publicado por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia; Escritora y divulgadora (@fisiodelainfancia) en pro de la infancia y el ámbito educativo.