Movimiento y Cerebro: la clave para Potenciar las Habilidades Cognitivas en todas las edades

En este artículo exploraremos cómo el movimiento puede potenciar estas habilidades críticas y necesarias en niños y adultos, mejorando su rendimiento académico, laboral y en la vida cotidiana.

 

El papel del movimiento en el desarrollo cognitivo ha sido un tema de interés creciente en las últimas décadas, particularmente su influencia en las funciones ejecutivas superiores. Estas son las capacidades cognitivas que nos permiten:

  • planificar,
  • concentrarnos,
  • recordar instrucciones
  • y realizar múltiples tareas.
 

¿Qué son las funciones ejecutivas superiores?

Las funciones ejecutivas superiores son un conjunto de procesos cognitivos que incluyen la memoria de trabajo, el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva. Estas habilidades nos permiten manejar nuestras emociones, planificar el futuro y adaptarnos a los cambios.

Según Diamond (2013), estas funciones se desarrollan desde la infancia y continúan afinándose durante la adolescencia y adultez temprana. Un adecuado desarrollo de estas capacidades es crucial para el éxito académico y el bienestar emocional.

 

El movimiento y su relación con las funciones ejecutivas

El movimiento, especialmente el ejercicio físico, tiene un impacto directo en el desarrollo y funcionamiento de las funciones ejecutivas superiores.

Estudios recientes han demostrado que la actividad física regular mejora la plasticidad cerebral y la conectividad entre las áreas responsables del control ejecutivo.

Además, la actividad motora incrementa los niveles de neurotransmisores como la dopamina y el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), lo que facilita la comunicación neuronal y potencia las capacidades cognitivas.

Un estudio realizado por Best (2010) concluyó que los niños que participan en actividades físicas regulares presentan mejoras significativas en su atención y en la capacidad de inhibir respuestas automáticas. Esto se debe a que el movimiento promueve el flujo sanguíneo y el oxígeno al cerebro, lo que estimula el funcionamiento de las áreas prefrontales responsables de las funciones ejecutivas.

 

Actividades físicas y su impacto en las funciones ejecutivas

No todas las actividades físicas influyen de la misma manera en las funciones ejecutivas.

Se ha encontrado que los ejercicios que requieren habilidades motoras complejas, como deportes en equipo o actividades que involucran coordinación motora y equilibrio, son particularmente efectivos.

Diamond y Ling (2019) destacan que los ejercicios que combinan movimiento con componentes cognitivos, como la danza o el yoga, son los más beneficiosos para mejorar la memoria de trabajo y la toma de decisiones.

Además, actividades como los juegos al aire libre en la infancia temprana no solo mejoran la motricidad, sino que también fortalecen las redes neuronales que permiten la resolución de problemas y la autorregulación emocional. Los niños que practican estos juegos tienen mayores probabilidades de desarrollar habilidades de control inhibitorio y flexibilidad cognitiva a lo largo de su vida.

 

El movimiento en el ámbito escolar

Incorporar el movimiento en el entorno educativo es una estrategia cada vez más utilizada para mejorar el rendimiento académico y el comportamiento de los estudiantes.

A través de programas de educación física o pausas activas, se ha observado una mejora en la atención, la memoria y la capacidad de organización de los estudiantes, lo que facilita su aprendizaje y desarrollo emocional.

Un meta-análisis realizado por Álvarez-Bueno et al. (2017) reveló que los estudiantes que participaban en programas regulares de actividad física mostraban mejoras en las pruebas de funciones ejecutivas, como la planificación y la resolución de problemas.

Además, el simple hecho de incluir descansos cortos y activos durante las clases, como estiramientos o juegos, puede tener un impacto significativo en la capacidad de los estudiantes para retener información y mantenerse enfocados en las tareas asignadas.

 

Estrategias prácticas para padres, educadores y profesionales

Implementar actividades que promuevan el movimiento puede ser sencillo. Aquí te presentamos algunas estrategias para padres, educadores y profesionales, adaptadas a diferentes entornos:

 

Para padres:

  • Juegos de movimiento en casa: Juegos como “Simón dice” o el escondite no solo promueven la actividad física, sino que también requieren que los niños piensen rápidamente, mejorando su flexibilidad cognitiva y control inhibitorio.
  • Caminatas familiares: Realizar caminatas al aire libre y observar el entorno promueve la curiosidad y fomenta la concentración y la memoria de trabajo.
  • Deportes en equipo: Inscribir a los niños en deportes como fútbol o baloncesto no solo mejora su coordinación motora, sino que también fortalece sus habilidades de planificación y colaboración.

Para educadores:

  • Pausas activas en el aula: Introducir breves descansos de movimiento durante las clases, como saltar o hacer estiramientos, aumenta la concentración y mejora la memoria de trabajo.
  • Clases de educación física con desafíos cognitivos: Incluir actividades que requieran coordinación, toma de decisiones rápidas y seguir reglas complejas, como el béisbol o el voleibol, potencia las funciones ejecutivas.
  • Juegos estratégicos: Juegos como ajedrez o juegos de rol que involucren estrategias y planificación a largo plazo entrenan las funciones ejecutivas y mejoran la resolución de problemas.

Para profesionales:

  • Pausas activas durante el trabajo: Incorporar pausas de 5 minutos para hacer estiramientos o caminar mejora la capacidad de atención y reduce el estrés, lo que fortalece el rendimiento cognitivo.
  • Tareas con retos motrices: Incluir ejercicios que combinen movimiento y decisiones rápidas, como deportes o juegos de equipo, puede mejorar la flexibilidad cognitiva y el control inhibitorio en entornos laborales.
 

Conclusión

El movimiento es fundamental no solo para el desarrollo físico, sino también para el desarrollo cognitivo, particularmente en lo que respecta a las funciones ejecutivas superiores.

Estas funciones, esenciales para la planificación, el autocontrol, la toma de decisiones y la resolución de problemas, se ven beneficiadas significativamente a través de actividades físicas que involucran desafíos cognitivos y motrices. La evidencia sugiere que el movimiento no solo mejora la estructura y función del cerebro, sino que también potencia habilidades esenciales para la vida cotidiana, el éxito académico y el bienestar emocional a largo plazo.

En un mundo cada vez más sedentario, es crucial fomentar el movimiento desde la infancia para fortalecer las capacidades cognitivas que permitirán a las personas enfrentar los retos del siglo XXI. La integración de actividades físicas, tanto en el hogar como en el entorno escolar y laboral, ofrece una vía efectiva para mejorar el rendimiento cognitivo y promover un desarrollo equilibrado.

El impacto del movimiento en las funciones ejecutivas es tan profundo que debe considerarse como parte integral de cualquier programa educativo o intervención cognitiva. Padres, educadores y profesionales tienen un papel clave en la promoción de estas actividades que no solo mejoran la salud física, sino que también potencian el cerebro.

Al integrar el movimiento en nuestras vidas, podemos maximizar el potencial cognitivo en todas las etapas de la vida, mejorando el enfoque, la creatividad, el autocontrol y la resolución de problemas. Estos beneficios, accesibles a través de actividades cotidianas, son fundamentales para un desarrollo humano pleno y equilibrado.

 



 

Referencias

  • Diamond A. (2013). Executive functions. Annual Review of Psychology, 64, 135–168. https://doi.org/10.1146/annurev-psych-113011-143750
  • Hillman, C. H., Erickson, K. I., & Kramer, A. F. (2008). Be smart, exercise your heart: exercise effects on brain and cognition. Nature Reviews. Neuroscience, 9(1), 58–65. https://doi.org/10.1038/nrn2298
  • Chaddock, L., Pontifex, M. B., Hillman, C. H., & Kramer, A. F. (2011). A review of the relation of aerobic fitness and physical activity to brain structure and function in children. Journal of the International Neuropsychological Society: JINS, 17(6), 975–985. https://doi.org/10.1017/S1355617711000567
  • Best J. R. (2010). Effects of Physical Activity on Children’s Executive Function: Contributions of Experimental Research on Aerobic Exercise. Developmental Review: DR, 30(4), 331–551. https://doi.org/10.1016/j.dr.2010.08.001
  • Diamond, A., & Ling, D. S. (2019). Aerobic-Exercise and resistance-training interventions have been among the least effective ways to improve executive functions of any method tried thus far. Developmental cognitive Neuroscience, 37, 100572. https://doi.org/10.1016/j.dcn.2018.05.001
  • Fedewa, A. L., & Ahn, S. (2011). The effects of physical activity and physical fitness on children’s achievement and cognitive outcomes: a meta-analysis. Research Quarterly for Exercise and Sport, 82(3), 521–535. https://doi.org/10.1080/02701367.2011.10599785
  • Álvarez-Bueno, C., Pesce, C., Cavero-Redondo, I., Sánchez-López, M., Martínez-Hortelano, J. A., & Martínez-Vizcaíno, V. (2017). The Effect of Physical Activity Interventions on Children’s Cognition and Metacognition: A Systematic Review and Meta-Analysis. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 56(9), 729–738. https://doi.org/10.1016/j.jaac.2017.06.012
Cómo citar esta publicación: Amaya Cordoba, A. C. (2024). Movimiento y Cerebro: la clave para Potenciar las Habilidades Cognitivas en todas las edades. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/movimiento-y-cerebro-la-clave-para-potenciar-las-habilidades-cognitivas-en-todas-las-edades
Fisioterapeuta, Escuela Colombiana de Rehabilitacion de Colombia; Magister en Neuropsicologia y Educacion, Universidad Internacional de La Rioja; Docente, Escritora y divulgadora (@fisiodelainfancia) en pro de la infancia y el ámbito educativo.