Mindfulness en el Aula

Compartiendo experiencias con alumnos

 

Como educador, seguramente estás en constante búsqueda de recursos para implementar en el aula.

Todos sabemos que abundan muchas actividades sobre educación emocional y meditaciones, pero no existe información precisa que ayude a seleccionar cuál es la pertinente para desarrollar una determinada habilidad socioemocional ni la mejor manera de aplicarla.

Como docente que ha implementado durante muchos años la educación emocional y mindfulness (atención plena) en la escuela, quiero acompañarte en este proceso de búsqueda.

 

Mindfulness, compasión y autocompasión

El propósito de hoy es enfocarme en la práctica de mindfulness.

No da lo mismo cualquier meditación.

Tenemos que conocer sus beneficios y haberla experimentado y practicado con muchas horas de respaldo antes de llevarla a las aulas.

Así como para enseñar cualquier asignatura debemos habernos preparado con anticipación, lo mismo sucede con la práctica de mindfulness.

Clara Badino en su libro Mindfulness y Neurociencias para Educadores plantea los siguientes interrogantes que nos invitan a la reflexión:

  1. ¿Qué fundamentos científicamente comprobados tiene guiar al niño en la respiración? Si esta práctica tiene beneficios, seguramente también tiene perjuicios. Nada es inocuo.
  2. ¿Con qué conocimiento se eligen los ejercicios según las edades? ¿Son los ejercicios adecuados para cualquier edad, sean niños o adolescentes? ¿No estaremos, a causa del desconocimiento, manipulando y reduciendo la práctica meditativa a un abordaje cuyo único objetivo es calmar a los niños y adolescentes?
  3. ¿Cuándo se le puede proponer a un niño quedarse quieto corporalmente sin incorporar la toma de consciencia de sus estados mentales, emocionales, sentimentales y físicos? ¿Cuál es el riesgo de hacerlo?
  4. Cuando se intenta crear un determinado ambiente en el que no haya interrupciones, ¿estamos reforzando el abordaje occidental de “evitar” la incomodidad?
  5. ¿Con qué recursos cuenta el educador cuando transita o acompaña a otros en un proceso doloroso que surge de un hecho que no puede modificar?

Poco a poco iremos encontrando respuestas a estas preguntas, lo que nos permitirá elegir la mejor práctica meditativa para nuestros alumnos.

En principio, comencemos diferenciando los siguientes tipos de meditación: mindfulness, autocompasión y compasión; todas ellas con fundamento científico.

 

Mindfulness o atención plena

Hay varias definiciones. Jon Kabat-Zinn la define como “la conciencia que surge al prestar atención de manera intencional, en el momento presente y sin juzgar”. Para niños, puede definirse como “notar lo que está sucediendo mientras está sucediendo”.

Mindfulness ayuda a “desengancharnos” de los pensamientos rumiantes, permitiéndonos tener libertad de estos pensamientos que constantemente nos generan preocupación o ansiedad.

 

La autocompasión (compasión hacia uno mismo)

La autocompasión es la compasión dirigida a uno mismo; significa tratarnos con la misma amabilidad y comprensión con la que tratamos a los demás.

La autocompasión nos dice “sé amable contigo mismo cuando estás sufriendo”.

Hay evidencia científica de los beneficios de la autocompasión:

  • se asocia con el bienestar,
  • la inteligencia emocional,
  • la conexión social,
  • la satisfacción vital,
  • los sentimientos de competencia,
  • la felicidad,
  • el optimismo
  • y la sabiduría.

Estas prácticas nos permiten disminuir nuestra culpa o vergüenza.

 

La compasión

La compasión es lo que sucede cuando el amor se encuentra con el sufrimiento; es el deseo de que los demás estén libres de sufrimiento (Dalai Lama, 2003).

En la psicología budista se utiliza más la expresión “bondad amorosa” que la palabra amor para distinguirla del amor romántico, que requiere atención y afecto.

La bondad amorosa se refiere al amor universal, similar al amor de una madre extendido a todos los seres vivos.

La bondad amorosa es más probable que aparezca cuando apreciamos cualidades deseables en otra persona, como lealtad, humor, bondad, creatividad, inteligencia o valentía.

La compasión surge con mayor facilidad cuando vemos sufrir a alguien con quien nos sentimos afines.

La práctica de bondad amorosa cultiva tanto un corazón amoroso como una mente tranquila.

Esta práctica usa frases específicas para enviar deseos de amor y bondad a uno mismo, a los seres queridos, a personas neutrales, a personas difíciles y a todos los seres en todas partes del mundo, sin excepción.

Podemos elegir tres o cuatro frases o crear frases que resuenen con nosotros: “que me sienta lleno de bondad amorosa; que me sienta a salvo de peligros; que me acepte tal como soy; que me sienta en paz y a gusto; que sea feliz”.

Podemos dedicar unos minutos a ofrecernos estas frases a nosotros mismos, tomando el tiempo para imaginar y sentir la experiencia que invocan las imágenes. Luego, hacemos lo mismo ofreciéndoselas a otras personas.

La compasión nos permite conectarnos saludablemente con otros y no cargar con el dolor físico o emocional de los demás.

 

Heartfulness

Entre las cualidades que incluye, encontramos la amabilidad, la gratitud y la generosidad. Son estados beneficiosos en sí mismos que conducen a mayor bienestar y felicidad.

Las investigaciones demuestran que la práctica de la meditación de la amabilidad o la compasión reduce el estrés y la sintomatología de varias enfermedades.

Como educadores, todas nuestras energías están focalizadas en cuidar a otros, pero muchas veces nos olvidamos de cuidarnos a nosotros mismos.

Les decimos a nuestros alumnos que sean amables entre ellos, pero esa misma amabilidad no la empleamos cuando miramos dentro de nuestra propia mente. En muchas circunstancias nos criticamos duramente.

Para poder ser compasivos con los demás, tenemos que cuidarnos a nosotros mismos.

Cuando comenzamos a cultivar la autocompasión, podemos encontrarnos con nuestras propias autocríticas, con nuestros sentimientos de vergüenza y con nuestras creencias limitantes. En lugar de intentar liberarnos de nuestras emociones difíciles, dirijamos la luz de nuestra compasión integrándolas, amando el mundo tal como es, sin intentar cambiarlo.

Para finalizar, quiero desearte que puedas cultivar las habilidades necesarias para promover un ambiente de aprendizaje tranquilo, relajado y, al mismo tiempo, lleno de vida; que puedas preparar a los niños y adolescentes fomentando la creatividad, la innovación, la colaboración y la cooperación; que en cada situación y con cada persona puedas ser un educador plenamente consciente y presente.

 

Práctica de corazón pleno: frases de cariño

 

Preparación

Adopta una postura cómoda, sentado de tal manera que puedas tener el cuerpo bien relajado.

 

Ejercicio

1. Lleva tu atención a tu pecho y a tu corazón. Observa los sentimientos, las emociones y las sensaciones que encuentras allí. Sitúa tu consciencia en tu corazón, sin intentar sentir nada concreto.

2. Cuando te sientas relajado y enfocado, visualiza a un niño al que tengas cariño, un niño que te evoque sentimientos de bondad. Imagínate a ese niño y observa lo que sientes en tu corazón. Puedes advertir felicidad, compasión, ternura u otras emociones positivas.

3. A continuación, ofrece al niño los siguientes deseos, en silencio o en voz alta, mientras mantienes la atención puesta en los sentimientos de tu corazón:

  • Que seas feliz
  • Que estés a salvo
  • Que estés sano
  • Que tengas paz

4. Ofrece estos deseos varias veces más mientras sigues teniendo la atención puesta en tu corazón. Luego, dirige tu mirada de corazón pleno hacia ti mismo. Con esa misma bondad que dedicaste al niño, envíate a ti mismo esos deseos de corazón pleno; y mientras lo haces, advierte cómo afecta esto a tu cuerpo:

  • Que yo sea feliz
  • Que yo esté a salvo
  • Que yo esté sano
  • Que yo tenga paz

5. Cuando estés preparado, vuelve a llevar tu atención a las sensaciones de tu corazón durante varias respiraciones más, esta vez sin decir las frases. Limítate a quedarte sentado, observando. Cuando estés preparado, abre los ojos con suavidad.

Por último, comparto el último párrafo del libro En defensa del altruismo de Matthieu Ricard:

«Este amor altruista es el mejor garante de una vida que está llena de sentido, una vida en la cual se trabaja para la felicidad de los otros y se trata de remediar sus sufrimientos, una vida que se puede considerar con un sentimiento de satisfacción serena cuando se acerca la muerte. ‘Todos los que he conocido, para ser realmente felices, habían aprendido cómo servir a los otros,’ concluía Albert Schweitzer. La verdadera felicidad es inseparable del altruismo, porque participa de una bondad esencial que va acompañada del deseo profundo de que cada uno pueda alcanzar su plenitud en la existencia. Es un amor siempre disponible y que procede de la simplicidad, de la serenidad y de la fuerza inmutable de un buen corazón.»

¡Gracias por compartir este camino!

 

Para profundizar tus conocimientos en este tema

Aprende de forma práctica con dinámicas participativas para promover el bienestar del docente y un entorno de aprendizaje saludable y emocionalmente enriquecedor: Mindfulness y Juegos Teatrales para el Desarrollo Socioemocional en el Aula.

Bibliografía:

  • Jennings, P. (2019) Atención Plena para docentes: habilidades sencillas para lograr la paz y la productividad en el aula. Edunautas.
  • Rechtschaffen, D. (2016). Educación Mindfulness. Gaia Ediciones.
  • Ricard, M. (2016). En defensa del altruismo. Ediciones Urano.
  • Brach, T. (2021). Compasión radical. Ediciones Urano.
  • Badino, C. (2018). Mindfulness y neurociencias: Manual práctico para educadores. Grijalbo.
  • Koncz, A., Köteles, F., Demetrovics, Z., & Takacs, Z. K. (2021). Benefits of a Mindfulness-Based Intervention upon School Entry: A Pilot Study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(23), 12630. https://doi.org/10.3390/ijerph182312630
  • Dawson, A. F., Brown, W. W., Anderson, J., Datta, B., Donald, J. N., Hong, K., Allan, S., Mole, T. B., Jones, P. B., & Galante, J. (2020). Mindfulness-Based Interventions for University Students: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomised Controlled Trials. Applied psychology. Health and Well-Being, 12(2), 384–410. https://doi.org/10.1111/aphw.12188
  • Solhaug, I., Eriksen, T. E., de Vibe, M., Haavind, H., Friborg, O., Sørlie, T., & Rosenvinge, J. H. (2016). Medical and Psychology Student’s Experiences in Learning Mindfulness: Benefits, Paradoxes, and Pitfalls. Mindfulness, 7, 838–850. https://doi.org/10.1007/s12671-016-0521-0
  • Murphy, M. J., Mermelstein, L. C., Edwards, K. M., & Gidycz, C. A. (2012). The benefits of dispositional mindfulness in physical health: a longitudinal study of female college students. Journal of American College Health: J of ACH, 60(5), 341–348. https://doi.org/10.1080/07448481.2011.629260
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Cómo citar esta publicación: Martin, G. (2024). Mindfulness en el aula. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/mindfulness-en-el-aula/

Ex Directora de Estudios del Nivel Secundario del Instituto River Plate; Especializada en Educación Emocional y Mindfulness aplicado a la educación; Profesora de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales (Instituto Nacional Superior del Profesorado Joaquín V. González).