Cultura del movimiento: Reaprendiendo a caminar en el siglo XXI

En la era moderna, nuestras rutinas sedentarias han modificado profundamente la biomecánica natural del cuerpo.

Actividades como caminar descalzo o practicar reeducación postural, antes instintivas, hoy son excepcionales. Esta desconexión con el movimiento no solo afecta nuestra salud física, sino también nuestro bienestar emocional.

Este artículo explora cómo recuperar hábitos saludables mediante la fisioterapia, la ergonomía y estrategias prácticas adaptadas para padres, madres y cuidadores.

 

El impacto del sedentarismo en nuestra biomecánica

El sedentarismo y las posturas inadecuadas generan importantes cambios negativos en el cuerpo, como desequilibrios musculares, alteración de la pisada y limitaciones articulares (Gribble et al., 2022). Además, el uso excesivo de calzado inadecuado atrofia los músculos del pie y reduce su función amortiguadora natural (Lieberman, 2012). Estos factores han contribuido al aumento de dolores crónicos y problemas posturales desde edades tempranas.

 

Reaprendiendo a caminar: El poder de volver a lo básico

Caminar es un acto fundamental, pero hacerlo de manera consciente y eficiente se ha vuelto un desafío en el contexto actual. La fisioterapia y técnicas como caminar descalzo en superficies naturales ayudan a restaurar la alineación postural y fortalecer la musculatura intrínseca del pie (Rossi et al., 2021).

Además, la reeducación postural global (RPG) corrige patrones de movimiento alterados, promoviendo una biomecánica funcional (Souchard, 2018).

 

Estrategias para promover una cultura del movimiento

Aquí se presentan herramientas prácticas que pueden implementarse en el hogar, la escuela o entornos terapéuticos:

Para padres y madres:

  • Fomentar caminatas al aire libre: Paseos en parques o zonas verdes son ideales para fortalecer el cuerpo, mejorar el equilibrio y fomentar la desconexión de dispositivos electrónicos. Realizar trayectos cotidianos, como ir al colegio o al supermercado caminando, también puede ser una excelente opción (Lieberman, 2012).
  • Incentivar el juego descalzo: Permitir que los niños jueguen sin zapatos en superficies naturales fortalece los músculos del pie y mejora la postura. Actividades como correr o saltar la cuerda son perfectas para complementar esta práctica (Rossi et al., 2021).
  • Crear rutinas de estiramiento familiar: Dedicar 10-15 minutos diarios a ejercicios básicos de movilidad y estiramiento previene tensiones musculares y mejora la flexibilidad. Incluir música relajante o convertirlos en un juego puede motivar la participación de los niños.

Para cuidadores y educadores:

  • Incorporar pausas activas: Integrar breves ejercicios de movilidad durante el día escolar mejora la circulación, reduce el estrés físico y aumenta la concentración de los estudiantes (Ludyga et al., 2022).
  • Promover el movimiento consciente: Enseñar a los niños a observar y ajustar su postura mediante actividades lúdicas, como caminar en una línea recta imaginaria, puede tener beneficios duraderos (Souchard, 2018).
  • Adaptar los espacios: Crear entornos ergonómicos con sillas y mesas ajustables, mochilas livianas y espacios ordenados es esencial para prevenir problemas posturales (Kroemer et al., 2018).
 

Un retorno a la cultura del movimiento

Reaprender a caminar en el siglo XXI es más que una invitación a moverse; es una oportunidad para reconectar con nuestra biomecánica natural y adoptar hábitos que trasciendan el tiempo en un mundo donde el sedentarismo domina nuestras rutinas, actividades como caminar descalzo, adoptar posturas ergonómicas y realizar pausas activas se convierten en herramientas esenciales para recuperar y preservar la salud física y mental.

Incorporar estrategias sencillas en el hogar, la escuela o el entorno terapéutico no solo previene lesiones y problemas posturales, sino que también fomenta una relación positiva con el cuerpo los niños que crecen en un entorno que valora el movimiento como parte fundamental de la vida tienen más probabilidades de desarrollar confianza en sus habilidades físicas, mejorar su bienestar emocional y mantener estos hábitos en la adultez.

El papel de los padres, madres, cuidadores y educadores es crucial para modelar y fomentar esta cultura sus acciones diarias, como priorizar caminatas familiares, garantizar espacios ergonómicos o realizar estiramientos conjuntos, son inversiones en la salud integral de las futuras generaciones.

Asimismo, los profesionales de la fisioterapia y la ergonomía tienen la responsabilidad de promover prácticas basadas en la evidencia, diseñando intervenciones accesibles y efectivas que puedan ser aplicadas en diferentes contextos.

En esencia, volver a movernos como lo hacían nuestros ancestros no es un retroceso, sino un avance hacia un estilo de vida equilibrado y sostenible al priorizar el movimiento consciente y activo, estamos ayudando a niños y adultos a redescubrir el potencial de sus cuerpos, a aliviar el estrés y a fortalecer su resiliencia frente a los desafíos diarios.

 

Reflexión final

Reaprender a caminar y movernos con naturalidad no solo es un compromiso con nuestra salud física, sino también una decisión de vivir plenamente conectados con nuestra esencia. Al integrar hábitos de movimiento en nuestra rutina diaria, no solo recuperamos biomecánica; también recuperamos la capacidad de disfrutar, explorar y convivir en armonía con nuestro entorno.

Que este esfuerzo por la «Cultura del Movimiento» inspire a todos a caminar hacia un futuro más saludable y consciente, paso a paso.




 

Bibliografía:

  • Gribble, P. A., Hertel, J., Denegar, C. R., & Buckley, W. E. (2004). The Effects of Fatigue and Chronic Ankle Instability on Dynamic Postural Control. Journal of Athletic Training39(4), 321–329.
  • Ludyga, S., Gerber, M., Brand, S., Holsboer-Trachsler, E., & Pühse, U. (2016). Acute effects of moderate aerobic exercise on specific aspects of executive function in different age and fitness groups: A meta-analysis. Psychophysiology53(11), 1611–1626. https://doi.org/10.1111/psyp.12736
  • Tanaka, N., Saitou, H., Takao, T., Iizuka, N., Okuno, J., Yano, H., Tamaoka, A., & Yanagi, H. (2012). Effects of gait rehabilitation with a footpad-type locomotion interface in patients with chronic post-stroke hemiparesis: a pilot study. Clinical Rehabilitation26(8), 686–695. https://doi.org/10.1177/0269215511432356
  • Todri, J., Lena, O., Todri, A., & Fuentes, J. M. (2021). Does the Global Postural Re-Education Affect the Psychological and Postural Aspects of Alzheimer Disease Patients? A Six Months Quasi-Experimental Study. Current Alzheimer Research, 18(13), 1057-1065. https://doi.org/10.2174/1567205019666211223094811
  • Kroemer, K., Kroemer, H. B., & Kroemer-Elbert, K. E. (2018). Ergonomics: How to Design for Ease and Efficiency. Prentice Hall.
  • Lieberman, D. E. (2012). The story of the human body: Evolution, health, and disease. Harvard University Press.

Cómo citar esta publicación: Amaya Cordoba, A. C. (2024). Cultura del movimiento: Reaprendiendo a caminar en el siglo XXI. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/cultura-del-movimiento-reaprendiendo-a-caminar-en-el-siglo-xxi

Fisioterapeuta, Escuela Colombiana de Rehabilitacion de Colombia; Magister en Neuropsicologia y Educacion, Universidad Internacional de La Rioja; Docente, Escritora y divulgadora (@fisiodelainfancia) en pro de la infancia y el ámbito educativo.