El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ha sido tradicionalmente entendido desde una perspectiva médica que enfatiza los déficits y las conductas problemáticas. Sin embargo, una mirada más contemporánea basada en la neurodiversidad propone una comprensión más amplia y empática de esta condición. Desde esta visión, el TDAH no es un error del sistema nervioso, sino una manifestación distinta del funcionamiento cerebral que, en el entorno adecuado, puede ser una fuente de creatividad, innovación y resiliencia (Armstrong, 2010; Jensen & Nutt, 2015).
Este artículo propone una reflexión sobre las fortalezas del TDAH, reconociendo su valor dentro del desarrollo humano y el aprendizaje, y promoviendo entornos educativos y familiares que acompañen su potencial.
El TDAH desde una Perspectiva Funcional
El TDAH no implica un déficit de atención como tal, sino una atención regulada de manera diferente. Las personas con TDAH pueden mantener una concentración intensa, conocida como hiperfoco, en aquellas actividades que les resultan altamente motivantes (Brown, 2013). Así, más que una dificultad global, el TDAH representa un desajuste entre el entorno tradicional y el estilo de funcionamiento propio de estas personas.
Fortalezas Asociadas al TDAH
Creatividad y Pensamiento Divergente
Numerosas investigaciones han mostrado que las personas con TDAH tienden a tener una mayor producción de ideas originales y a establecer asociaciones inusuales entre conceptos (White & Shah, 2006). Su pensamiento divergente les permite ofrecer soluciones creativas y alternativas a los problemas cotidianos.
Energía y Entusiasmo Natural
La hiperactividad, a menudo vista como una barrera, puede ser interpretada como una alta energía vital. En contextos adecuados, esta energía se convierte en motivación, impulso emprendedor y dinamismo para iniciar proyectos (Barkley, 2015).
Pasión e Hiperfoco
El hiperfoco permite una concentración profunda en tareas que resultan emocionalmente significativas, lo cual puede traducirse en excelencia cuando se canaliza hacia áreas de interés (Brown, 2013).
Resiliencia y Adaptación
Muchas personas con TDAH desarrollan recursos internos para lidiar con la frustración, la incomprensión o el fracaso escolar. Esto puede traducirse en una capacidad notable de adaptación y perseverancia en la vida adulta (Sedgwick et al., 2019).
Intuición y Espontaneidad
La toma de decisiones rápida y la espontaneidad son características que, bien gestionadas, aportan frescura a los equipos de trabajo y creatividad en las relaciones sociales (Kutscher, 2014).
El Rol de la Familia, la Educación y la Fisioterapia
Un entorno que comprende el TDAH desde la neurodiversidad puede potenciar estas cualidades. La familia y la escuela son claves
- en la validación emocional,
- la estructuración de rutinas flexibles
- y el refuerzo positivo (DuPaul & Stoner, 2014).
Desde la fisioterapia educativa, se pueden proponer estrategias sensoriomotoras para regular la energía, fortalecer la atención plena y promover un autoconocimiento corporal, esto implica reconocer el cuerpo como canal de autorregulación y comunicación.
Estrategias Prácticas para Potenciar las Fortalezas
- Entornos dinámicos y flexibles: Alternar tareas, permitir pausas activas y ofrecer variedad sensorial favorece el aprendizaje y reduce la frustración.
- Movilizar el cuerpo para aprender: Actividades que integran movimiento y cognición (como juegos motores, escritura en movimiento o respiración activa) mejoran la concentración (Ratey, 2008).
- Refuerzo positivo y lenguaje constructivo: Cambiar “es muy inquieto” por “tiene mucha energía para crear” transforma la narrativa de déficit en una de valor.
- Estrategias de autorregulación: Respiración, pausas sensoriales y ejercicios de consciencia corporal ayudan a manejar impulsos y emociones.
- Exploración autónoma: Permitir que el niño o joven con TDAH elija cómo abordar una tarea incrementa su motivación intrínseca.
Conclusión
Aceptar el TDAH como una forma distinta de procesar el mundo es, en sí mismo, un acto de amor y comprensión, cuando dejamos de buscar «normalizar» y empezamos a reconocer el valor de la diferencia, entonces surge la verdadera transformación educativa y humana.
En lugar de preguntarnos cómo corregir a quienes tienen TDAH, tal vez deberíamos preguntarnos cómo podemos modificar
- nuestros entornos,
- nuestras palabras,
- y nuestras actitudes,
para hacer espacio a sus formas de ser, de sentir y de pensar, porque cada niño con TDAH no necesita que lo «arreglen», sino que lo miren con ojos nuevos: con los ojos de la empatía, la ciencia y la esperanza.
Un niño con TDAH puede ser el que interrumpe, sí… pero también es quien hace la pregunta que nadie se atrevió a hacer, puede ser el que no se queda quieto en clase… pero también el que descubre formas nuevas de aprender, el que contagia con su risa, el que se levanta una y otra vez con una tenacidad asombrosa. Detrás de cada “trastorno” hay una historia, un esfuerzo invisible y una chispa que, si se aviva con el apoyo adecuado, puede convertirse en fuego transformador.
Desde la fisioterapia educativa, tenemos la hermosa y poderosa posibilidad de acompañar estos procesos desde el cuerpo, desde el movimiento, desde la regulación y el vínculo, nuestro rol no es solo terapéutico, es profundamente humano: somos puentes entre el niño y su mundo, entre sus fortalezas y sus posibilidades.
Como sociedad, debemos dejar de temerle a lo que no entendemos. El TDAH no es el problema; el problema es no reconocer que la diversidad neurológica enriquece el tejido social. Es tiempo de construir entornos más inclusivos, sensibles, y que celebren la diferencia como un motor de creatividad y evolución.
Cada vez que le decimos a un niño con TDAH “te acepto como eres”, estamos sembrando en él la semilla de la autoestima, la confianza y el sentido de pertenencia, cada vez que una familia, un docente o un terapeuta decide ver más allá del diagnóstico, se abren nuevas posibilidades de conexión, de aprendizaje y de vida plena.
Porque un niño que se siente valorado por lo que es, es un niño que aprende, que se vincula, que crea, que sueña. Y cuando ese niño crece, puede cambiar el mundo.
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Referencias:
- Armstrong, T. (2010). The power of neurodiversity: Unleashing the advantages of your differently wired brain. Da Capo Press.
- Barkley, R. A. (2015). Attention-deficit hyperactivity disorder: A handbook for diagnosis and treatment (4th ed.). Guilford Press.
- Brown, T. E. (2013). A new understanding of ADHD in children and adults: Executive function impairments. Routledge.
- DuPaul, G. J., & Stoner, G. (2014). ADHD in the schools: Assessment and intervention strategies (3rd ed.). Guilford Press.
- Jensen, P. S., & Nutt, D. J. (2015). Attention-deficit/hyperactivity disorder: State of the science, best practices. Civic Research Institute.
- Kutscher, M. L. (2014). Kids in the syndrome mix of ADHD, LD, Autism Spectrum, Tourette’s, Anxiety, and More! (2nd ed.). Jessica Kingsley Publishers.
- Ratey, J. J. (2008). Spark: The revolutionary new science of exercise and the brain. Little, Brown.
Sedgwick, J. A., Merwood, A., & Asherson, P. (2019). The positive aspects of attention deficit hyperactivity disorder: A qualitative investigation of successful adults with ADHD. ADHD Attention Deficit and Hyperactivity Disorders, 11(3), 241–253. https://doi.org/10.1007/s12402-018-0277-6 - White, H. A., & Shah, P. (2006). Uninhibited imaginations: Creativity in adults with attention-deficit/hyperactivity disorder. Personality and Individual Differences, 40(6), 1121–1131. https://doi.org/10.1016/j.paid.2005.11.007
Cómo citar esta publicación: Amaya Cordoba, A. C. (2025). Estrategias para Acompañar el TDAH desde la Fisioterapia Educativa y la Neurociencia. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/estrategias-para-acompanar-el-tdah-desde-la-fisioterapia-educativa-y-la-neurociencia/
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