Ser mamá de gemelas y educadora me ha puesto en más de una encrucijada sobre cómo acompañar su desarrollo. Desde su nacimiento, mis hijas han crecido juntas, compartiendo experiencias, amigos, juegos y aprendizajes. Cuando comenzaron el jardin maternal, desde sala de 1 hasta sala de 3 estuvieron siempre juntas, pero al iniciar el preescolar en otro colegio, la escuela decidió separarlas en distintos cursos con el argumento de que esto favorecería su independencia.
En un principio, confié en la recomendación. Parecía lógico que, al tener espacios distintos, pudieran explorar sus propias habilidades sin la comparación constante. Sin embargo, con el tiempo noté que algo no estaba funcionando como esperaba. Una de mis hijas comenzó a mostrar menor seguridad en sí misma, tenía dificultades para adaptarse a su nuevo entorno y, en lugar de ganar autonomía, parecía que le costaba más afrontar las situaciones escolares.
Consulté con profesionales y realicé una evaluación psicológica que me dio una respuesta clara: en su caso, la separación no estaba ayudando, sino que estaba generando un estrés innecesario. La recomendación fue que volvieran a estar juntas en el mismo aula. Desde ese momento, mi hija pudo recuperar su confianza, mejoró en lo académico y, paradójicamente, logró mayor independencia al sentirse emocionalmente segura. Esta experiencia me llevó a investigar qué dice la ciencia sobre el tema y a reflexionar sobre cómo las decisiones escolares deben tomarse de manera flexible, considerando las necesidades individuales de cada niño.
Hoy, como directora de una institución educativa, vuelvo a encontrarme con este desafío desde otro lugar: el de acompañar a más familias que transitan la escolaridad de sus hijos gemelos o mellizos. Lo que antes viví como madre, ahora lo observo desde una mirada institucional, con la responsabilidad de tomar decisiones que impactan en la vida emocional y académica de los niños. En un contexto donde cada vez son más frecuentes los nacimientos múltiples y la diversidad familiar, siento que tenemos la obligación —como equipo directivo y docente— de abrir el diálogo, revisar prácticas establecidas y construir criterios más humanos, basados en la evidencia y en la escucha activa. Porque no se trata solo de organizar listas o repartir aulas, sino de mirar a cada niño en su singularidad y construir un espacio escolar que acompañe sus vínculos, sus tiempos y sus emociones.
¿Es la separación siempre la mejor opción? Lo que dice la ciencia
Cuando se trata de gemelos y mellizos, la separación en la escuela se ha convertido en una especie de norma no escrita. Muchas instituciones educativas consideran que lo ideal es ubicarlos en aulas distintas para evitar comparaciones y fomentar su individualidad. Pero, ¿realmente hay evidencia que respalde esta práctica?
Rendimiento Académico: No hay diferencias significativas
Un mito común es que los gemelos separados rinden mejor académicamente porque desarrollan mayor autonomía. Sin embargo, estudios como el de Tully et al. (2004) y Asbury et al. (2008) han demostrado que no existen diferencias significativas en el desempeño escolar entre aquellos que estudian juntos y los que han sido separados en términos de rendimiento académico, conducta en clase y habilidades lectoras .
En países como los Países Bajos y el Reino Unido, se han desarrollado investigaciones longitudinales que demuestran que el rendimiento académico de los gemelos no está determinado por si están juntos o separados en el aula, sino por otros factores mucho más influyentes: la calidad de la enseñanza, el acompañamiento familiar, la motivación personal y las condiciones emocionales del entorno escolar. La creencia de que separar a los hermanos mejora automáticamente su desempeño escolar carece de respaldo científico consistente. Más bien, responde a suposiciones institucionales que no consideran la complejidad del vínculo entre los hermanos ni su proceso individual de desarrollo.
Desarrollo Socioemocional: Seguridad vs. Autonomía
Uno de los argumentos más usados para justificar la separación es que permite a los niños desarrollar su identidad de manera individual. Sin embargo, la realidad es más compleja.
El estudio de Thorpe et al. (2003) encontró que los gemelos separados en los primeros años de escolaridad pueden experimentar niveles elevados de ansiedad y estrés, lo que afecta su adaptación al entorno escolar. No es raro que los docentes noten cambios en el comportamiento: niños que eran sociables pueden volverse más retraídos, pueden mostrar desinterés en la escuela o incluso presentar dificultades emocionales que antes no tenían.
En contraste, estar juntos en el mismo aula no significa que no puedan desarrollar su identidad propia. Segal, N. L. (2012) en su libro Born Together—Reared Apart: The Landmark Minnesota Twin Study, publicado por Harvard University Press, argumenta que muchos gemelos encuentran en su hermano o hermana un punto de apoyo que les da la confianza necesaria para interactuar con otros niños y explorar el mundo a su manera. Es decir, estar juntos no significa que dependan el uno del otro, sino que pueden usar su vínculo como una plataforma segura para crecer.
Además este libro proporciona una visión detallada de cómo los gemelos, incluso cuando son criados en entornos diferentes, mantienen similitudes que indican la influencia de su conexión genética y emocional en su desarrollo.
¿Qué dicen los expertos? El aporte de Coks Feenstra
Cuando me enteré que estaba embarazada de gemelos lo primero que hice fue investigar y estudiar acerca de embarazos múltiples. Por eso el libro que me compré y que hasta el día de hoy sigo usando como material de consulta es El gran libro de los gemelos de la psicóloga y especialista en gemelos Coks Feenstra quien ha investigado ampliamente sobre el impacto de la separación de gemelos en la escuela. En su publicación en Somos Múltiples (2022), analiza diversos estudios y afirma que la separación no siempre es perjudicial, sino que puede serlo si se realiza sin tener en cuenta las necesidades emocionales de los niños y sin el consentimiento informado de las familias. Su postura es clara: no debe aplicarse una regla general que obligue a separar a los gemelos o mellizos, ya que esto puede afectar negativamente su bienestar.
En sus publicaciones, Coks Feenstra señala que la separación de gemelos en los primeros años de escolarización puede provocar un aumento en los niveles de ansiedad, retraimiento y dificultades académicas, especialmente cuando no se fundamenta en una evaluación individualizada. Además, advierte que separar a hermanos múltiples sin justificación emocional o pedagógica puede desencadenar problemas de comportamiento como agresividad, desmotivación o apatía escolar.
A partir de su experiencia profesional y del testimonio de muchas familias, Feenstra destaca los siguientes puntos:
- Los gemelos separados en etapas tempranas suelen manifestar mayores problemas emocionales y de adaptación escolar.
- Algunos desarrollan dificultades específicas del aprendizaje, como problemas en la lectura o el lenguaje.
- La separación puede acentuar síntomas de TDAH o falta de atención en ciertos casos.
- La mayoría de los padres y gemelos consultados prefieren que los hermanos permanezcan juntos al menos en los primeros años de la escolaridad, por el apoyo emocional que se brindan mutuamente.
Además, Feenstra cuestiona la base pedagógica de muchas decisiones escolares que imponen la separación de gemelos o mellizos como una norma generalizada, sin considerar los aspectos emocionales, vinculares ni individuales de cada caso. Señala que esta práctica, común en numerosas instituciones educativas, no siempre responde a un criterio profesional fundamentado, sino que muchas veces se sostiene sobre supuestos erróneos, como el de que estar juntos impide el desarrollo de la identidad propia o que la comparación entre hermanos será inevitable.
Feenstra subraya que no existe evidencia científica que respalde que separar sistemáticamente a los gemelos favorece su independencia, y alerta sobre los riesgos de aplicar políticas rígidas sin una evaluación previa. En su experiencia como psicóloga especializada en gemelos y consultora de familias, ha observado que esta decisión suele tomarse de forma unilateral por parte de directivos o docentes, sin diálogo con las familias ni análisis del vínculo entre los hermanos.
Asimismo, advierte que esta postura institucional puede tener consecuencias negativas:
- genera en las familias una sensación de desamparo,
- interfiere en la adaptación emocional de los niños al ámbito escolar y puede incluso crear conflictos innecesarios entre las partes.
Frente a esto, Feenstra propone un enfoque más respetuoso, individualizado y colaborativo, en el que las decisiones sobre escolarización se tomen en conjunto con los padres y, cuando sea posible, con los propios niños, priorizando su bienestar por encima de criterios estandarizados.
“Ninguna norma debería imponer la separación de los gemelos, y mucho menos en las primeras etapas escolares. Separar por sistema carece de fundamento pedagógico y puede tener efectos contraproducentes en su desarrollo emocional” (Feenstra, 2022).
La Situación en Argentina
En Argentina, no existe una ley nacional que regule específicamente la escolarización de gemelos, mellizos o hermanos múltiples, lo cual deja este tipo de decisiones a criterio de cada institución educativa. En la práctica, muchas escuelas aplican políticas internas que tienden a separar sistemáticamente a los hermanos, argumentando que así se favorece su autonomía o se evita la comparación constante. Esta situación coincide con las críticas planteadas por Coks Feenstra, quien advierte que estas decisiones suelen carecer de fundamento pedagógico y se aplican de forma rígida, sin contemplar las necesidades emocionales ni el vínculo particular de cada dupla.
En el ámbito local, organizaciones como la Fundación Multifamilias, vienen trabajando desde hace años para visibilizar esta problemática. La fundación impulsa una “escolaridad múltiple flexible”, es decir, un modelo que permita a las familias participar en la decisión de mantener juntos o separar a los hermanos múltiples en función de su bienestar. De hecho, muchas familias han expresado sentirse impotentes frente a decisiones unilaterales tomadas por las autoridades escolares, sin diálogo ni consideración del contexto familiar o emocional de los niños.
Además, si bien no hay una normativa específica para gemelos, la Ley Nacional N.° 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes establece en su artículo 3 que “las políticas públicas deben garantizar el interés superior del niño, su desarrollo integral y el respeto por su identidad”. Este principio puede interpretarse como un marco legal que respalda la necesidad de decisiones escolares personalizadas y respetuosas de los vínculos afectivos, como el que une a los hermanos gemelos.
En este sentido, la falta de regulación específica en Argentina abre una oportunidad para repensar las prácticas escolares desde una perspectiva más empática y basada en la evidencia científica, como la que aporta Feenstra, promoviendo entornos escolares que prioricen el bienestar emocional y la voz de las familias, antes que las políticas institucionales inflexibles.
Conclusión: Más personalización, menos rigidez
En mi caso, reunir a mis hijas fue la mejor decisión, y desde entonces han desarrollado una mayor seguridad en sí mismas sin que esto signifique que dependen una de la otra. Muy por el contrario, su vínculo les dio la fuerza para explorar nuevas actividades, participar con más confianza en el aula y construir su propia identidad desde un lugar de contención y no de aislamiento. Esa vivencia, tanto como madre como educadora, me enseñó que la autonomía no se impone por decreto, sino que se construye a partir de entornos seguros, respetuosos y emocionalmente estables.
La educación debe ser un espacio de crecimiento, no de imposiciones arbitrarias. Separar por sistema, sin conocer a los niños, sin escuchar a las familias ni considerar los informes profesionales, es negar el principio de individualidad que tanto decimos defender desde las instituciones. En tiempos en los que se habla tanto de personalización del aprendizaje, de enfoque centrado en el estudiante y de educación emocional, no podemos seguir aplicando decisiones automáticas que no tienen sustento ni evidencia científica.
Es momento de que las escuelas revisemos nuestras políticas, acompañemos a las familias en decisiones tan delicadas como la escolarización de hermanos múltiples, y nos animemos a construir propuestas más flexibles, empáticas y fundamentadas. Porque cada pareja de gemelos o mellizos es única, y merece ser mirada desde su singularidad, no desde una regla general.
Como educadores, como directivos, como familias: tenemos la responsabilidad de crear entornos que abracen la diversidad de los vínculos, sin temer que el estar juntos los límite a desarrollar su potencial, cuando en realidad puede ser justamente lo que los impulsa a volar más alto.
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Referencias:
Agencia SINC. (2022). Gemelos juntos o separados en clase, ¿qué dice la evidencia científica? Recuperado de https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Gemelos-juntos-o-separados-en-clase-que-dice-la-evidencia-cientifica
Feenstra, C. (2022). ¿Por qué muchos colegios separan a los gemelos o mellizos? Somos Múltiples. Recuperado de https://somosmultiples.es/el-rincon-de-coks-feenstra/colegios-separan-gemelos-mellizos/
Segal, N. L. (2012). Born Together—Reared Apart: The Landmark Minnesota Twin Study. Harvard University Press.
Thorpe, K., et al. (2003). «Separation in the First School Year: Twins’ Emotional Adjustment and Behavior Problems.» Twin Research and Human Genetics.
Staton, S., Thorpe, K., Thompson, C., & Danby, S. (2012). To separate or not to separate? Parental decision-making regarding the separation of twins in the early years of schooling. Journal of Early Childhood Research, 10(2), 196-208. https://doi.org/10.1177/1476718X11430076
Feenstra, C. (2017). El gran libro de los gemelos: Desde el embarazo múltiple hasta la edad adulta (4ª ed.). UNO Editorial. ISBN: 978-8469730294.
Tully, L. A., Moffitt, T. E., Caspi, A., Taylor, A., Kiernan, H., & Andreou, P. (2004). What effect does classroom separation have on twins’ behavior, progress at school, and reading abilities? Twin research: the official journal of the International Society for Twin Studies, 7(2), 115–124. https://doi.org/10.1375/136905204323016087
Cómo citar esta publicación: Lorenzo, S. (2025). ¿Separar o No Separar a Gemelos y Mellizos en la Escuela? Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/separar-o-no-separar-a-gemelos-y-mellizos-en-la-escuela
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