[El País, Uruguay]
Lucrecia Prat Gay, neuropsicoeducadora, entrevistada por Agustín Magallanes.
Existe un uso diario de ChatGPT, y otras herramientas de IA. ¿Qué tan preparados estamos para enfrentar estos procesos?
Estuve hace poco en un congreso en el exterior, sobre el futuro de la educación, que tenía que ver con cómo aplicar la IA en el aula. Lo que más me llamó la atención es que la gran mayoría de las charlas eran sobre cómo desarrollar el pensamiento crítico y creativo. O sea, ante una avalancha de propuestas que vienen desde la tecnología, lo que nos están diciendo los que saben es que no perdamos el foco, y que la escuela sea el lugar donde nosotros aprendemos a pensar.
¿Por qué es importante mirar ahora este aspecto?
Lo que pasa con ChatGPT, y otras apps, es que ese pensar uno lo delega en la máquina. Todo lo que uno no usa, el cerebro lo descarta, lo desarma para poder hacer espacio para armar nuevas redes neuronales. Si empezamos a tercerizar las actividades de cognición o de pensamiento crítico a una máquina, eso significa que el cerebro va a dejar de hacerlo.
¿Cuál sería su impacto?
Lo peligroso de que nos lleve de las narices la IA es que dejemos lo que nos hace humanos, la capacidad cognitiva tan elevada. Después hay muchas cosas que tiene a favor.
O sea, no implica estar en contra de la tecnología, sino de tener un uso crítico…
Hay que tener un uso muy crítico y tener muy claro cuáles son las funciones que la escuela debería desarrollar al máximo para que no se pierdan.
¿Qué funciones serían?
Deberíamos desarrollar las funciones ejecutivas. Estas tienen que ver con la capacidad de demorar la gratificación; de modelar un impulso emocional; planificar y memorizar. Se van desarrollando a lo largo de la vida, que generalmente están totalmente maduras entre los 25 y 30 años, pero si las ejercitamos antes hay mucho más chances que aparezcan.
¿Qué rol juega la escuela?
De mantener el cerebro activo con redes de conocimientos que nos sirven para siempre. Por ejemplo, para hacer una carrera en cuatro años, es clave sostener el interés, la motivación y no tirar todo por la borda porque hay una fiesta. Todas esas funciones ejecutivas son cruciales. Pero algunas, como el pensamiento crítico y la organización, puede que las empecemos a delegar en las máquinas, y eso significa que vamos a tener cada vez menos músculo de eso.
Nota completa disponible en El País: https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/lucrecia-prat-gay-psicoeducadora-argentina-hay-que-tener-un-uso-muy-critico-de-la-inteligencia-artificial