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Si bien se consideraba que algo de estrés no era nocivo para nuestras emociones, nuevos estudios mostraron que incluso los estresores leves pueden afectar el buen funcionamiento de la corteza prefrontal, el área más evolucionada de nuestro cerebro.

Las neuronas que liberan norepinefrina se denominan noradrenérgicas; y las que liberan epinefrina, adrenérgicas.

¿Realmente vivimos el presente o nuestro cerebro nos engaña?

Hacer ejercicio regularmente es muy importante para nuestra salud, no solo para nuestro estado físico, sino también para nuestro cerebro, disminuyendo el riesgo de deterioro cognitivo.

Nuestro cerebro cuenta con la capacidad de armar, fortalecer, desarmar y debilitar redes neuronales. Conocer este proceso más en profundidad nos permite darnos cuenta del valor que tienen las emociones en nuestro aprendizaje.

La falta de sueño produce una mayor actividad de nuestra amígdala cerebral, lo que podría conllevar a un aumento de conductas viscerales e irracionales.

Para poder aprender o incorporar un nuevo conocimiento necesitamos repetirlo y repasarlo para generar nuevas sinapsis que lo almacenen e incorporen.

El cerebro es experiencia dependiente, se moldea gracias a la posibilidad de cambio implícita en su propia estructura.

El estrés nos perjudica en varias áreas; actualmente sabemos que una de las habilidades afectadas es la cognitiva.

Nuestro cerebro es como un placard, pero ¿cómo lo usamos? ¿Un experto o un neófito lo emplean de la misma manera? ¿cómo se almacena el conocimiento?