El cerebro no viene configurado automáticamente para transformar las letras en sonidos. Por esto, cuando aprendemos a leer, necesita readaptar algunas de sus áreas para el procesamiento visual, la comprensión del lenguaje y la producción del habla.
En determinadas circunstancias, lograr el autocontrol emocional puede resultar difícil. Sin embargo, si educamos nuestra corteza prefrontal adelantaremos varios pasos para poder conseguir este objetivo.
Cuando leemos una historia algo dentro de nosotros cambia. Experimentamos emociones y nuestro cerebro nos hace meternos en la piel de alguno de los personajes con los que nos identificamos.
En un reino lejano un grupo de niños juega en un castillo y su jardín abandonado. Sin embargo, cuando regresa el dueño del lugar, un gigante malhumorado y huraño, los echa y deben abandonar su espacio de diversión. ¿Podrá el paso de los días y la nieve perdurable torcer la decisión tomada por el gigantesco hombre?
El proceso de lectura genera diversos beneficios en nuestros alumnos. Por esta razón, todo espacio dedicado a esta actividad en la escuela colaborará en el progreso de las funciones superiores del cerebro de los estudiantes.