Toda esta variedad de neuronas localizadas en la corteza cerebral demuestra una riqueza neurobiológica tan grande que apenas estamos comenzando a comprender su anatomía desde todos los campos posibles de las neurociencias.
La hipófisis se encuentra formando parte funcional del sistema nervioso central por medio del hipotálamo, tanto para funciones netamente fisiológicas como para funciones psicológicas superiores.
Los órganos circunventriculares se localizan alrededor del tercer y del cuarto ventrículo. Entre sus funciones podemos describir el mantenimiento de la homeostasis de los fluidos corporales, la regulación del reflejo del vómito, entre otras.
El mesencéfalo, el bulbo raquídeo y la protuberancia son tres de las estructuras que componen el tronco del encéfalo. Es el sistema encargado de comunicar los nervios periféricos con la médula espinal y, por ende, con el cerebro anterior.
El lóbulo parietal se encuentra ubicado en la línea medial, bajo el cráneo. Es de vital importancia para recibir los estímulos eléctricos y químicos de entrada (input). Asimismo, es básicamente una zona de neuronas con propiedades de respuesta complejas, hecho que nos permite contar con campos receptivos mucho más amplios que otras especies.
Las neuronas multipolares poseen un elevado número de dendritas que sirven como canales de comunicación. Esto posibilita el procesamiento de múltiples contextos y situaciones, algo que evolutivamente es fundamental para prestar atención a diferentes estímulos en paralelo.
Las áreas alocorticales son las responsables directas de que existan en nuestra especie funciones cognoscitivas superiores, hasta el punto de que nos han conducido al desarrollo de la personalidad.