La neurodiversidad debe ser considerada como un factor positivo para el aula con chicos con TDAH. Para favorecer esta postura conveniente utilizar y tener al alcance diversos recursos para que las clases sean más acogedoras.
Gabriela y Alejandra nos cuentan sobre el Taller de Educación Emocional y Social que existe dentro de la currícula del colegio secundario del Instituto River Plate y que tiene por objetivo principal la enseñanza de habilidades emocionales.
Llevar adelante la práctica de recuperación antes y después de la clase es un método que no demanda demasiado tiempo y puede generar muy buenos resultados en sus alumnos.
La práctica de recuperación es una estrategia de aprendizaje, no una estrategia de evaluación. En este proceso se utilizan los errores como un camino para mejorar el proceso de aprendizaje de los alumnos.
Diversas investigaciones nos demuestran que mínimas modificaciones en la forma de enseñanza (por ejemplo, un pequeño examen con preguntas de respuestas breves) pueden lograr una importante diferencia en el aprendizaje de los alumnos.
Cuando un alumno siente la sensación de ser excluido en una clase o aula, su cerebro tiene las mismas impresiones que ante el dolor físico. Esto puede perjudicar el pensamiento analítico y creativo, entre otras cuestiones.
La clase de inglés puede ser un espacio para el juego y el estímulo del cerebro de los alumnos. A partir de diversas actividades lúdicas, es posible aumentar los niveles de dopamina en los chicos porque se estimularán sus centros de placer del cerebro y se sentirán más conectados con las consignas brindadas.