
Anatomía del sistema ventricular
El líquido cefalorraquídeo (LCR) es el fluido que circula y baña el sistema nervioso central (SNC), tanto a nivel craneal como espinal. En condiciones normales es claro e incoloro (como el agua). Existen numerosas enfermedades que alteran su composición.
Dentro de las principales funciones del LCR se destacan:
• Lubricación de estructuras neurales;
• Amortiguación en caso de trauma;
• Nutrición;
• Eliminación de metabolitos;
• Transporte de hormonas, neurotransmisores y anticuerpos;
• Entre otras.
El 80% del LCR se produce en los plexos coroideos y es la resultante del filtrado de la sangre que pasa por ellos. El volumen total de LCR de una persona adulta es de 150 ml aproximadamente. Se produce y absorbe de manera constante a un ritmo de 0,3 ml por minuto, por lo que su volumen total se renueva completamente 3 veces en 24 hs.
Desde su origen hasta su absorción circula por diferentes cavidades y conductos. Este sistema de “cañerías” contenido en el sistema nervioso está formado por: ventrículos laterales, tercer ventrículo, cuarto ventrículo y espacio subaracnoideo. Por último, llega a las vellosidades aracnoideas de la convenida cerebral desde donde el LCR se absorbe y pasa nuevamente a formar parte del torrente sanguíneo.
Ventrículos laterales (VL)
Son las cavidades más voluminosas. Están ubicados en la profundidad de cada hemisferio cerebral. En el interior de cada uno encontramos a los plexos coroideos. Las paredes y techo de los ventrículos están formadas por estructuras neurales que forman parte de los diferentes lóbulos del cerebro (frontal, parietal, temporal y occipital) como también núcleos de la base y cuerpo calloso.
Cada VL puede ser dividido, según el lóbulo del cerebro en el que se ubique en: asta frontal (lóbulo frontal), cuerpo ventricular (lóbulos frontal y parietal), asta occipital (lóbulo occipital) y asta temporal (lóbulo temporal). Desde los VL el LCR se dirige al tercer ventrículo.
Tercer ventrículo (III V)
Es una cavidad única y mucho más pequeña que los VL, con una forma similar a la cabeza de un pájaro. De ubicación central, se comunica con los VL a través de los orificios de Monro. En su interior encontramos también a los plexos coroideos (en el techo del III V). Las paredes de esta cavidad están formadas por estructuras del diencéfalo, núcleos del tálamo y del hipotálamo. En su extremo posterior encontramos a la glándula pineal, la principal responsable de la producción de melatonina, hormona que regula los ciclos de sueño y vigilia. Está conectado con el IV V a través de un pequeño conducto llamado acueducto de Silvio.
Cuarto ventrículo (IV V)
Ubicado en la fosa posterior. Es también una cavidad única y central delimitada hacia adelante por el tronco cerebral y el cerebelo por detrás. En él también encontramos plexos conoideos, pero de menor volumen que en los VL III V. A través de los orificios de Luschka y Magendie el LCR sale del IV V para pasar al espacio subaracnoideo, desde donde baña a todo el SNC (cerebro y médula), para luego ser absorbido en las vegetaciones aracnoideas y retornar al torrente sanguíneo.
Bibliografía: Rhoton, A. L. Jr. (2007). The cerebrum. Anatomy. Neurosurgery, 61(1), 37-118. https://doi.org/10.1227/01.NEU.0000255490.88321.CE
Imágenes:
1 y 2: Dr. Marcos Chiarullo, Hospital El Cruce.
3, 4, 5 y 6: Dr. Maximiliano Nuñez, Hospital El Cruce.