
Los perros ayudan a aliviar el estrés en los niños
Sin lugar a dudas, cuidar de otro ser, acariciarlo y mirar sus ojos genera en nuestro cerebro una lluvia de neurotransmisores del placer. De hecho, el fuerte vínculo que generamos con las mascotas despertó en los últimos tiempos la curiosidad de muchos investigadores.
Un nuevo estudio liderado Darlene Kertes y su equipo de la Universidad de Florida presentó que para los niños tener un perro se convierte en un maravilloso apoyo social que los ayuda a disminuir sus niveles de estrés.
Trabajos anteriores como el de Erika Friedmann y Aaron Katcher, de la Universidad de Pensilvania, permitieron demostrar que interactuar con animales es una acción beneficiosa para la salud de personas con dolencias cardíacas. Asimismo, otra investigación realizada por esta dupla en el Journal of Research in Personality reveló que estar cerca de nuestra mascota o sólo pensar en ella nos lleva a sentirnos más seguros, con ganas de plantearnos objetivos y manejar mejor el estrés.
El estudio de Kertes se basó en la relación de 101 niños de entre siete y doce años de edad con sus perros.
Los chicos fueron citados a un laboratorio en compañía de sus padres (o cuidadores) y mascotas, en donde los investigadores buscaron observar si los perros disminuían el efecto estresor de ciertas situaciones. Como escala de medición aplicaron el Test de estrés social de Trier para niños (TSST-C).
Para generar situaciones estresantes, a los pequeños se les asignaron al azar distintas tareas como hablar en público o hacer un ejercicio matemático mentalmente con el fin de aumentar los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Algunas de las consignas las practicaron solos, otras en compañía del padre o cuidador y otras junto con su perro.
Los índices basales de respuesta y de recuperación de los niveles percibidos de estrés y cortisol se calcularon en función de los sentimientos autoinformados de los pequeños sobre el estrés y la medición del cortisol salival.
Los resultados indicaron que en la condición solitaria (sin apoyo social), los niños manifestaron el aumento esperado para el estrés percibido y la respuesta del cortisol al estrés. Sin embargo, la presencia de los perros de compañía amortiguó significativamente la respuesta al estrés percibido en comparación con quienes estuvieron presentes con sus padres o cuidadores.
Para los pequeños que experimentaron el factor estresante con la presencia de su mascota, la menor respuesta del cortisol al estrés se asoció con más caricias iniciadas por los niños y menos conducta de búsqueda de proximidad del perro.
Los resultados respaldan la idea de que los perros de compañía pueden proporcionar beneficios socioemocionales para los niños a través de la amortiguación del estrés.
Por esta razón, aprender desde pequeños a gestionar el estrés es un factor que repercute en la salud emocional y el bienestar personal durante toda la vida. Nuestros amigos peludos parecen poder ayudarnos a aprender a sobrellevarlo mejor.
En algunas carreras de varias universidades (por ejemplo, Harvard, Brooklyn, Yale, entre otras) la presencia de mascotas está permitida y es considerada como una buena opción para que los alumnos puedan contrarrestar el estrés que les generan las tareas y exámenes finales.
Ojalá todos aprendamos y enseñemos a valorar a otras especies, a cuidarlas y respetarlas, pues al hacerlo también nos estamos cuidando, respetando y beneficiando a nosotros mismos.
Con amor a los amigos peludos que me acompañan y me han acompañado a lo largo de la vida.
Bibliografía:
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