
¿Chocolate, una copa de vino o pensar en los demás?
Cuando estamos de mal humor, agobiados o molestos, algunos de nosotros hacemos uso de algún truco para sentirnos mejor. Una copa de vino, una porción de helado, un trozo de chocolate, etc., pueden ser alguno de ellos. Incluso las películas o series nos muestran a sus personajes realizando este tipo de actos para levantarse el ánimo.
Sin embargo, vale la pena preguntarse si existe un modo más adecuado para gestionar el estado de ánimo… Uno que nos ayude a ser más humanos, además de beneficiarnos a largo plazo.
Para responder a esta cuestión, investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Iowa se propusieron estudiar tres técnicas diferentes para vislumbrar cómo cada puede influir en la reducción de la ansiedad y en el aumento de la felicidad o el bienestar de las personas.
Para esto, los voluntarios –todos estudiantes universitarios– fueron separados en grupos y se les propuso que caminarán alrededor de la Universidad durante tan solo 12 minutos, practicando la técnica asignada:
- Amor/bondad: a quienes les tocaba esta técnica, mientras caminaban, debían mirar a la gente y pensar para sí mismos que les deseaban que fueran felices.
- Interconexión: los integrantes de este grupo debían mirar a las personas que veían durante su caminata y pensar que estaban conectadas con ellas de algún modo, ya sea por tomar las mismas clases, compartir sueños, sentimientos, etc.
- Comparación social descendente: aquí los jóvenes, al ver a otros individuos, debían pensar cómo podían estar mejor que ellos.
El estudio incluyó un grupo de control de estudiantes que al mirar a las otras personas debían centrarse en lo que observaban de su exterior: ropa, accesorios, maquillaje, peinados, etc.
Todos fueron encuestados antes y después de la caminata para medir su nivel de ansiedad, felicidad, estrés, empatía y conexión.
Los científicos encontraron que quienes practicaban la primera técnica se sintieron más felices, más conectados socialmente, empáticos y menos ansiosos. El grupo de interconexión fue más empático y conectado y, por último, la comparación social descendente no mostró ningún beneficio.
Algo que sorprendió a los investigadores fue que más allá del tipo de personalidad de los participantes (más empática o narcisista), todos se vieron beneficiados por la técnica de amor/bondad.
Si bien no siempre nos es posible salir a caminar durante unos minutos, sí podemos movernos en casa o en la oficina y pensar en personas que conocemos y desearles cosas buenas.
Si nos proponemos hoy un momento para esta acción y mañana lo repetimos (y así cada día), seguramente estaremos logrando dar unos pasos hacia nuestra gestión emocional y también nos encontraremos transitando por un camino más trascendente.
Bibliografía:
- Gentile, D. A., Sweet, D. M., & He, L. (2019). Caring for Others Cares for the Self: An Experimental Test of Brief Downward Social Comparison, Loving-Kindness, and Interconnectedness Contemplations. Journal of Happiness Studies, pp 1–14. doi: 10.1007/s10902-019-00100-2
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