
Las mascotas ayudan a que nos podamos sentir más animados, seguros y con menos estrés
Las mascotas son parte de nuestras vidas y nuevas investigaciones demuestran que no sólo son muy importantes por el inmenso afecto que nos dan, sino también porque mejoran nuestra salud, aumentan nuestra seguridad y bienestar, y nos ayuda a disminuir el estrés.
Cuidar de otro ser, acariciarlo, mirar sus ojos, sin lugar a dudas genera en nuestro cerebro una lluvia de neurotransmisores del placer. Este fuerte vínculo que los seres humanos generamos con nuestras mascotas despertó en los últimos tiempos la curiosidad de muchos científicos y, por ende, de varios investigadores.
Uno de los trabajos se efectuó en la Universidad de Pensilvania por Erika Friedmann y Aaron Katcher. Este permitió demostrar que interactuar con animales es una acción beneficiosa para la salud de personas con dolencias cardíacas. El estudio fue llevado a cabo con pacientes internados en una unidad coronarla y arrojó que la compañía de un animal aumenta la tasa de vida en, al menos, un año. También corroboró que acariciar o contemplar a un perro durante sólo unos minutos al día provoca una disminución de la presión arterial y del ritmo cardíaco.
La Asociación Americana del Corazón, a través del Dr. Glenn N. Levine, comunicó en The New York Times que las personas que poseen perros tienen más razones para salir a pasear, y que la relación con ellos mitiga el estrés y disminuye la frecuencia cardíaca. Este informe se logró luego de revisar docenas de estudios, en donde se encontraba que aquellas personas que tenían mascotas, se encontraban en mejor estado de salud.
Un estudio con duración de 10 años del Centro de Investigación del Accidentes Cerebrovasculares de la Universidad de Minnesota, evaluó a 4.435 estadounidenses con edades entre 30 – 75 años, y encontró que los gatos reducen el riesgo de morir por enfermedades del corazón y accidente cerebrovasculares en un 30%.
Asimismo, otro trabajo presentado en el mes de julio de 2012 en Journal of Research in Personality, revela más datos interesantes: estar cerca de nuestra mascota o sólo pensar en ella nos lleva a sentirnos más seguros, con ganas de plantearnos objetivos y manejar mejor el estrés.
Para llegar a este resultado, los investigadores realizaron un trabajo con tres grupos. Uno de ellos podía estar con sus mascotas durante el mismo (A), otros tenían permitido pensar en ellas (B) y otros, los del grupo control (C), se abstendrían de generar experiencias con animales.
La experiencia se dividía en dos consignas: en una, los voluntarios tendrían elaborar una lista de objetivos y luego considerar su grado de confianza en sí mismos para lograrlos, mientras que en la otra realizarían una tarea cognitiva estresante.
Las personas que estaban con sus mascotas, así como también las que podían pensar en ellas, lograron establecer más objetivos y se sentían con mayor seguridad para poder alcanzarlos, que los del grupo control. En la segunda prueba, los individuos de los grupos A y B presentaron una presión arterial más baja durante la actividad encomendada que los individuos de control, algo que demostró su menor nivel de hormonas del estrés y que les permitió hacer mejor uso de sus facultades mentales.
Se sabía por trabajos anteriores que ante situaciones de estrés, si nos sentimos acompañados por otras personas, las hormonas del mismo disminuyen, pero este estudio presenta que nuestros amigos peludos, si bien no hablan, con su cariño también nos son de ayuda.
En algunas carreras de varias Universidades como por ejemplo Harvard, Brooklyn, Yale entre otras, la presencia de mascotas está permitida y es considerada una buena opción para que los alumnos puedan contrarrestar el estrés que les generan las tareas y exámenes finales.
Tan importantes ha sido nuestra relación con los animales a lo largo de nuestra historia que una investigación realizada por el Dr. Christof Koch, profesor de Biología del Comportamiento en el Instituto de Tecnología de California, presenta que nuestra amígdala cerebral responde siempre con mayor actividad ante la visión de animales, que ante personas, casas o edificios.
Es por ello que no podemos evitar mirarlos y si pensamos que tenemos un cerebro que necesita ser querido, que disfruta de querer o cuidar a otros y, además, se nutre de los afectos, no quedan dudas de que las mascotas nos otorgan con sus mimos efectos de calma y placer.
Ojalá todos aprendamos a valorar a otras especies, a cuidarlas y respetarlas, pues al hacerlo también nos estamos cuidando a nosotros mismos.
Bibliografía:
• Qureshi, A. I., Memon, M. Z., Vazquez, G., & Suri, M. F. (2009). Cat ownership and the Risk of Fatal Cardiovascular Diseases. Results from the Second National Health and Nutrition Examination Study Mortality Follow-up Study. Journal of vascular and interventional neurology, 2(1), 132–135.