
Ilustración neurociencias: Lóbulo temporal
El lóbulo temporal se compone por todo el tejido que está por debajo de la cisura de Silvio y por delante de la corteza occipital.
Las estructuras temporales subcorticales (“incrustadas” en la profundidad del lóbulo temporal) incluyen la corteza límbica, la amígdala y la formación hipocámpica (que comprende el hipocampo, el subiculum, el gyrus dentado y la corteza entorrinal).
En base a su anatomía podemos identificar tres funciones sensoriales en la corteza temporal: un área especializada en el procesamiento de las aferencias auditivas (circunvolución temporal superior), otra asociada con el depósito de las aferencias sensoriales –es decir, su memoria– (corteza temporal medial) y otra centrada en el reconocimiento visual de los objetos y caras (corteza temporal inferior).
El hipocampo es un depósito transitorio de memorias de corto plazo y también (como contiene células que codifican los lugares en el espacio) está relacionado con la navegación espacial. Funciona, junto con en el lóbulo parietal, como nuestro GPS.
La amígdala, además de agregarle emoción a las aferencias sensoriales, está relacionada con las respuestas de agresividad, tristeza y con la memoria emocional (especialmente aquellas de valencias negativas como los recuerdos de momentos estresantes o trágicos).
Bibliografía:
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