“Es posible neurosicoeducar en el ámbito de la escuela especial”.

Neurociencias en el aula: Entrevista a Alejandra Campisi

Autor Asociación Educar
Fecha 10 de Abril de 2014

Aplicación de la Neurosicoeducación en el aula.

Entrevista a Alejandra Campisi

20 años es mucho tiempo en la vida de una persona y Alejandra Campisi -licenciada en Terapia Ocupacional- puede dar cuenta de ello. “El 5 de octubre pasado cumplí dos décadas con mi profesión; siempre me encantó mi carrera, y siempre supe que quería trabajar en una escuela especial”, nos cuenta entusiasmada. Actualmente, Alejandra tiene 45 años y trabaja hace más de 15 en la escuela de educación especial Asociación Manuel Belgrano (El Portal del Sol), ubicada en Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina, en donde ocupa el cargo de terapista y, en algunas ocasiones, también ha ejercido como vice directora.

Si bien ella es una mujer que disfruta mucho de su profesión, también se genera el tiempo para su otra gran pasión: su hija Rocío. Madre e hija mantienen una gran relación y, pese a que “los chicos crecen”, encuentran la forma de comunicarse y de pasar tiempo juntas. Si bien la agenda semanal de Alejandra está completa -también es investigadora en la carrera de Terapia Ocupacional-, ella cuenta que disfruta de llegar cada día a su casa, y de compartir la cena con su hija: “Nos reímos mucho, nos hacemos muchas bromas”.

La conclusión de Alejandra en cuanto a su forma de vida nos marca cómo vive y cómo gusta de todas las actividades que lleva adelante: “Disfruto de mi trabajo en la escuela, me renuevo cada día con el afecto y el contacto con los chicos y sus familias”.

¿Cómo te surgió la necesidad de buscar información distinta de la que ya tenías?

Mi búsqueda no fue de información diferente de la que ya tenía, sino hallar nuevos sentidos, significados y, muy especialmente, de encontrar un modo de aplicar los conocimientos sobre neurociencias en las diversas situaciones que la vida plantea. Intenté conocer los diversos tipos de inteligencias desde los aspectos conceptuales y, especialmente, encontrar la manera de utilizar esos conocimientos para efectivamente promover el desarrollo de la inteligencia. Me centré en actividades especialmente pensadas que permitieran estimular y potenciar el autoconocimiento, la autorreflexión y la inteligencia. Por consiguiente, busqué promover un desempeño más autónomo.

Te pido que me cuentes en dónde trabajás y qué actividades realizás con los grupos que tenés a cargo.

Soy Licenciada en Terapia Ocupacional. Desarrollo mi actividad laboral en tres ámbitos diferentes: universidad (docencia e investigación), consultorio (atención de población infanto juvenil) y terapista ocupacional en una escuela de educación especial que atiende a niños y jóvenes con discapacidad intelectual. En la escuela trabajo junto a los docentes de los grupos del área laboral (trayectos pre profesionales) coordinando las actividades, colaborando en planificar y realizar talleres con los grupos orientados a promover un desempeño ocupacional más autónomo. Durante los talleres que realizan cinco grupos, tengo oportunidad de organizar experiencias que me permiten aplicar los conocimientos obtenidos en los cursos de Asociación Educar. Puedo adaptar alguna de las actividades y crear otras.

¿Podrías desarrollar el proyecto que quisiste llevar a cabo con los chicos?

El proyecto que realicé junto con otra docente estuvo enfocado en supervisar el grupo Experiencial Laboral. Este se encuentra formado por cuatro jóvenes de capacidades especiales de 20 a 24 años, próximos a egresar del trayecto escolar; ellos se ocuparon de la atención del kiosco escolar con todo lo que ello implica: comprar mercadería, control de stock, atención del kiosco y realizar pequeños servicios de catering dentro de la escuela cuando hay reuniones o eventos especiales. La neurosicoeducaión en este grupo consiste en un recurso fundamental, ya que es necesaria para que los alumnos se mantengan activos, estimulados y potencien sus capacidades para poder desempeñarse de manera más autónoma en el kiosco.

¿Cuáles fueron los objetivos que tuvo tu proyecto?

El proyecto tuvo como objetivos principales el promover estrategias saludables de resolución de los problemas que la actividad cotidiana plantea, el hecho de Fomentar la conducta autónoma de los jóvenes y, por último, estimular la inteligencia en sus diversos tipos y expresiones, con el fin de contribuir a una conducta madura e independiente. Esta tarea se realizó con una frecuencia diaria y una duración de 45 minutos, aproximadamente. Cada encuentro se llevó a cabo antes de comenzar con las actividades diarias del kiosco, de modo que sirvió como activador para enfrentar la tarea cotidiana.

Asimismo, cada reunión estuvo formada por tres partes diferenciadas. La inicial constaba del saludo inicial, el comentar las novedades y llevar adelante alguna actividad de inteligencia corporal. Luego, en segunda instancia, se buscaba promover los diversos tipos de inteligencias: espacial, lingüística, lógica, creatividad, intra e interpersonal entre otras. Finalmente, se efectuaba un cierre en el cual había una reflexión sobre lo vivido y sobre el propio desempeño.

¿Qué dijeron los chicos cuando les propusiste la tarea?

En primer momento fue una actividad más en el contexto de la escuela. Pero luego del primer encuentro, aumentó el interés; la propuesta fue aceptada con entusiasmo, y pude observar el compromiso de los alumnos a medida que avanzamos con los encuentros: esperaban el taller y preguntaban sobre las actividades a desarrollar.

¿Qué cambios observaste en el comportamiento de los chicos?

Especialmente, pude ver cómo pudieron registrar la forma en que fue mejorando su desempeño en el kiosco al sentirse más activos, con mayor capacidad para enfrentar las situaciones que se plantean en el taller (dar vueltos, por ejemplo) y encontrar de modo más independiente la forma de resolver problemas. Se activó, entre los alumnos que participaron, la posibilidad de realizar trabajo cooperativo; se acompañaron y ayudaron entre sí. Los logros fueron altamente positivos. Pude aplicar todos los conocimientos obtenidos en el curso y detectar cambios satisfactorios. Las actividades planteadas estimularon la búsqueda de estrategias cognitivas novedosas, creativas y diferentes a las que estamos acostumbrados a utilizar. También, en este proceso, se promovió la flexibilidad cognitiva.

¿Qué sentiste frente a las primeras reacciones?

Sentí una gran gratificación por el resultado de mi trabajo. Es posible neurosicoeducar en el ámbito de la escuela especial. Si bien la experiencia fue muy positiva para los alumnos, reconozco también fue un desafío en el que pude analizar y aplicar los conocimientos sobre inteligencias múltiples; también conseguí desarrollar mis propias habilidades. Fue una experiencia enriquecedora en donde se dio una ida y vuelta permanente, en el que tanto los jóvenes como yo pudimos beneficiarnos. Creo que esto es lo que permite la neurosicoeducación: el enriquecimiento de todos los que se encuentren comprometidos en el proceso.

Te pedimos que nos cuentes alguna anécdota que te haya llamado la atención durante la experiencia que tuviste con los chicos.

En uno de los encuentros trabajamos con algunos de los juegos de ingenio, que recibí con el material del curso, realicé el planteo de la actividad y pude ver, con satisfacción, que desarrollaron sentido de cooperación frente a la complejidad y a las dificultades. Una vez resuelto el desafío, decidieron pasar por algunas aulas para proponer el juego a otros docentes e integrantes del equipo técnico de la escuela, vicedirectora incluida. En esta situación tuvieron que explicar a otros el juego y orientarlos cuando no lo resolvían correctamente. Los chicos se gratificaron con esta experiencia y pudieron poner en marcha diversos tipos de inteligencia, la lingüística, para explicar claramente el juego y que las personas comprendieran lo que debían hacer. También las intra e interpersonal, espacial, lógica-matemática, entre otras.

¿Cuáles fueron las reacciones del entorno en el que usted se maneja cuando plateó lo que quería hacer? ¿Qué sucedió con ellos luego de usted llevara a cabo su idea?

En un primer momento fue un proyecto más. Pero a medida que avanzamos con la experiencia pudo observarse el impacto que tuvo en el funcionamiento del grupo, que comenzó a manejarse como un equipo y a mejorar su desempeño. Esto fue valorado por el resto del equipo escolar, dado que los cambios fueron notables. Algunos docentes manifestaron interés por la actividad y realizaron experiencias similares con sus grupos.

¿Cuál fue la reacción de los padres de los chicos?

El trabajo junto a los padres es fundamental en el contexto escolar: las familias deben ser partícipes del proceso educativo. La experiencia fue aceptada y valorada. Los padres también pudieron ver los cambios favorables en sus hijos; reconocieron que manifiestan interés por concurrir a la escuela y que no quieren faltar. Se fortalecieron los lazos de amistad fuera de la escuela, generándose la participación en actividades extra escolares.

¿Pudiste cumplir con los objetivos que te habías propuesto en cuanto al trabajo de los diferentes tipos de inteligencias?

Ampliamente, y creo que debe ser un trabajo cotidiano, que no debe terminar en un proyecto escolar, sino formar parte de la planificación escolar en general. La neurosicoeducación podría constituir un eje transversal en la tarea educativa. Durante los cinco meses que duró la experiencia tuvimos oportunidad de estimular todos los tipos de inteligencia y, por consiguiente, activar y fortalecer redes neuronales. Los resultados últimos se observaron en la mejora del desempeño durante las actividades no sólo del kiosco, sino en todas las actividades que realizan los jóvenes en el contexto de la escuela.

¿Cuál fue el resultado de la experiencia?

El resultado fue positivo; pude cumplir los objetivos planteados: los alumnos se sintieron gratificados, fortalecidos y mejoró su autoestima. La resolución de las actividades resultó divertida; los lóbulos pre frontales creo que estuvieron sumamente activos y comprometidos en su tarea, haciendo uso en particular de una de las funciones ejecutivas importantes para su funcionamiento, como lo es la atención ejecutiva y voluntaria. Es por ello que pude sostener la atención en las actividades, mantener el propósito del comportamiento; planificar, monitorear y resolver. Antes de comenzar con la experiencia, los integrantes del grupo no se encontraban unidos, eran frecuentes las situaciones de discusión y, especialmente, la falta de colaboración entre ellos. A medida que la experiencia avanzó en el tiempo los logros fueron creciendo. Los resultados de la experiencia pudieron observarse en el desempeño de los alumnos en el kiosco que mejoró en independencia y autonomía; en la vida social, y en el fortalecimiento del grupo que logró generar un trabajo cooperativo, respetuoso y mancomunado.

¿Qué resultados espera a largo plazo con este proyecto?

Este proyecto creo que debería continuar y formar parte de la estrategia educativa. La Neurosicoeducación contribuye a que los jóvenes conozcan su Unidad Cuerpo Cerebro Mente (UCCM), para reconocer y potenciar sus capacidades. Esto puede realizarse en la escuela y extenderse, con el apoyo familiar, hacia otros ámbitos de la vida. Estas experiencias, y la posibilidad de continuarlas en el tiempo, permiten sostener los logros alcanzados, mantener o aumentar la posibilidad de autonomía personal, a partir de autoconocimiento. Creo que se reflejarán en la autonomía de los jóvenes y, por consiguiente, en la mejora de la calidad de vida.