Hoy quiero compartir con ustedes una experiencia:

Hace algunos días surgió una conversación en clase, donde mis estudiantes manifestaban que los docentes conocemos mucho sobre ellos, pero que muchas veces ellos “no conocen absolutamente nada del docente”.

Escuchar esto despertó mi interés y curiosidad por saber más específicamente a qué se referían, y qué les gustaría saber. Por lo que se me ocurrió hacer una cajita donde cada estudiante guarde una pregunta que le gustaría hacer a su docente.

Debían escribirla de forma anónima (para no generar barreras y saber realmente cuáles eran sus intereses).

Se reiteraban algunas inquietudes sobre mi formación: “¿Cómo fue tu época de alumna escolar?, ¿Repetiste algún año?, ¿A qué escuela fuiste de chica?, ¿Te portaste bien en tus tiempos escolares?, ¿Por qué elegiste ser maestra?… y otras muy originales como “Si tuvieras un superpoder, ¿Cuál sería?”.

La atención que tenían al escuchar mis respuestas era indescriptible. A partir de estos disparadores, surgieron intercambios y conversaciones muy interesantes sobre la educación, sus intereses, motivaciones, evaluaciones, y la influencia del vínculo docente-estudiante, en todos estos aspectos.

Los invito a sorprender a sus estudiantes con esta propuesta diferente, y ustedes se sorprenderán al ver cuáles son sus curiosidades y cómo se afianzan aún más los vínculos luego de este espacio.