Más allá de cuál sea el plato principal (el tema) de su clase, es importante generar buenas guarniciones y complementos que acompañen o enriquezcan la idea central del día.

El Master Chef de la clase: sazone sus lecciones haciéndolas más significativas (cuarta parte)

Fecha 27 de Marzo de 2019

Leer: primer partesegunda parte; tercera parte.


Nuestro trabajo es enseñarles a los alumnos a pensar críticamente, a que pidan más información y a que identifiquen qué es importante.

Lo que se estudia de memoria se olvida fácilmente, pero las habilidades quedarán para siempre en las memorias de nuestros alumnos.

Por ejemplo, la frase “yo no entiendo las matemáticas” es mucho peor que decir me cuestan las matemáticas. Esta última frase es admitir un desafío que puede ser vencido con esfuerzo, pero la primera frase implica que algunos nacieron con un “músculo” matemático y algunos no.

Esta actitud es corrosiva para nuestros alumnos y para nuestra ética de trabajo. 

Realmente muchas clases son más insípidas que un caldo de pollo sin sal. Todos tenemos una clase o una unidad completa en el programa a la cual le vendría bien un poco de pimienta educativa. 

Pídales a sus alumnos retroalimentación después de la clase 

Un buen mozo después de servir la comida les pregunta a los comensales si todo estuvo bien, si quieren algo más para tomar y si necesitan algo. Los malos mozos dejan el plato, hablan con sus compañeros hasta que se dan cuenta de que sus clientes terminaron de comer y entonces pasan por su mesa con la cuenta.

Todos hemos tenido ambos tipos de mozos y comprendemos cómo estas experiencias modelan nuestras percepciones de la comida.

Sugiero que, como el primer tipo de mozo, les pida a sus alumnos una retroalimentación sobre su clase.

Sus alumnos “invertirán” en la cultura de la clase si sienten que sus voces tienen importancia y estas preguntas pueden ayudar a involucrar las voces de los alumnos.

Algunas preguntas que podría formular para estimular la retroalimentación de sus alumnos:

  • ¿Esto está funcionando?
  • ¿Qué puedo mejorar?
  • ¿Qué les gustó de la clase?
  • Si hubiera que cambiar algo de esta clase, ¿qué sería?

Dese cuenta de que no son preguntas “Yo”, sino preguntas “Nosotros”.

La cultura de la clase es la responsabilidad de todos, pero comienza con el docente involucrando a los alumnos en el proceso de generar una mejor experiencia de aprendizaje.

Guarniciones 

Me encantan las guarniciones. Una muy buena milanesa de pollo a la napolitana con unos vegetales apilados a su lado puede parecer aislada en el plato. Estos platos principales no son interesantes.

Las guarniciones (incluyendo la panera con la deliciosa manteca) son lo que hacen a la comida realmente excepcional. Son adiciones muy apetecibles para cualquier plato principal, pero deben ser consumidas con moderación (ya sea durante la comida o en su clase).

Demasiados “carbohidratos gramaticales o matemáticos” y su clase se sentirá aletargada y necesitará una siesta.

Ponga la combinación correcta y sus alumnos tendrán una lección inolvidable.

Los disfraces, pararse sobre los bancos y hornear galletas sobre el asfalto son las guarniciones que un docente utiliza para lograr que sus platos principales sean más significativos. 

Logre que sus lecciones hagan “¡pum!” 

Los elementos necesarios para que nuestra clase haga ¡pum! son las guarniciones.

Un bife perfectamente cocinado sobre un plato frío es como el Llanero Solitario. Las guarniciones completan la comida y logran que hagan ¡pum!

Como, por ejemplo:

Mostrar cortes de pelo Mullet.

Pasar canciones con palabras del contenido en su estribillo.

Mostrar un video de YouTube relacionado con el contenido.


Referencia bibliográfica:

  • Halstead, J. (2011). Navigating the New Pedagogy: Six Principles that Transform Teaching. Maryland: R&L Education.

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