Claves para un Desarrollo Infantil Saludable en la Era Tecnológica: Aportes Estratégicos Basados en la Evidencia Actual

Para las nuevas generaciones, los dispositivos digitales no solo son herramientas útiles, sino también elementos profundamente integrados en su entorno cotidiano.

 

Sin embargo, aunque los beneficios de la tecnología son innegables, su impacto en niños y adolescentes ha despertado preocupación en la comunidad científica, especialmente por los efectos negativos del uso excesivo de pantallas en el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social.

La evidencia científica más reciente señala que la exposición prolongada y no controlada a dispositivos electrónicos puede interferir con procesos esenciales como:

  • el sueño,
  • la autorregulación emocional,
  • el aprendizaje
  • y la interacción social.

Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), el problema se agrava cuando el uso de pantallas desplaza actividades protectoras como:

  • el juego físico,
  • as relaciones cara a cara 
  • la lectura.

Además, el papel de los padres y cuidadores como modelos a seguir en el manejo saludable de la tecnología es crucial, ya que los niñ@s tienden a imitar las conductas digitales que observan en sus entornos más cercanos (AEP, 2024).

Ante esta situación, resulta fundamental que padres, madres, cuidadores y educadores implementen estrategias efectivas y basadas en evidencia para garantizar un uso responsable de la tecnología, alineado con las necesidades de desarrollo de los menores.

Este artículo explora los principales riesgos asociados al uso excesivo de pantallas en la infancia y la adolescencia y ofrece recomendaciones prácticas, adaptadas a diferentes etapas de la vida, para proteger y promover el desarrollo integral de niñ@s y jóvenes en la era digital.

 

Estrategias Prácticas para Cuidadores y Educadores

Cero pantallas antes de los seis años

La evidencia científica indica que la exposición a pantallas en la primera infancia puede interferir con:

  • el desarrollo sensoriomotor,
  • la capacidad de interacción social
  • y la adquisición de habilidades emocionales.

Esto se debe a que los niñ@s menores de seis años están en una etapa crucial donde el aprendizaje se basa en la exploración del entorno físico. Usar pantallas como una herramienta para calmar o distraer a los menores puede dificultar el desarrollo de la autorregulación emocional y generar dependencia digital.

Acciones específicas:

  • Fomentar actividades al aire libre y juegos que promuevan habilidades motoras.
  • Incentivar momentos de conexión cara a cara entre cuidadores e hijos.
  • Permitir videollamadas cortas únicamente para mantener el contacto social, supervisadas por un adulto y con un objetivo claro, como escuchar un cuento o una canción.
 

Limitar el tiempo según la edad

Niñ@s de 7 a 12 años

Se recomienda un tiempo máximo de una hora diaria de pantalla, incluyendo actividades escolares y de entretenimiento. En esta etapa, es fundamental fomentar hábitos saludables de interacción social y autonomía. El uso prolongado de pantallas puede desplazar actividades esenciales como la lectura, el juego libre y el deporte.

Adolescentes de 13 a 16 años

Se recomienda un máximo de dos horas diarias, considerando tanto el tiempo académico como el recreativo. La introducción de herramientas de control parental es fundamental para garantizar un uso responsable de los dispositivos. Además, retrasar la entrega de smartphones con acceso a internet hasta esta edad puede ayudar a mitigar la exposición a contenidos inapropiados.

Acciones específicas:

  • Pactar límites claros en cuanto a tiempo y contenido.
  • Establecer horarios fijos de desconexión.
  • Promover que el uso de dispositivos siempre se realice en espacios compartidos de la casa.
 

Creación de entornos sin pantallas

Eliminar el acceso a pantallas en zonas como el dormitorio o durante las comidas fomenta el desarrollo de hábitos saludables.

Las investigaciones destacan que el uso de dispositivos antes de dormir interfiere con el ciclo circadiano, afecta la secreción de melatonina y reduce la calidad del sueño REM (AEP, 2024). En contraste, los momentos familiares sin dispositivos pueden fortalecer la comunicación y la conexión emocional.

Acciones específicas:

  • Implementar «zonas libres de pantallas» en el hogar.
  • Crear rutinas nocturnas que incluyan la lectura en lugar del uso de dispositivos.
  • Fomentar actividades grupales en horarios familiares.
 

Modelar comportamientos saludables

Los niñ@s aprenden más por observación que por instrucción verbal. Si los cuidadores hacen un uso excesivo de pantallas, especialmente durante las comidas o momentos familiares, los menores replicarán este comportamiento, lo que puede acentuar conductas como rabietas y dificultades en la autorregulación emocional.

Acciones específicas:

  • Reducir el tiempo de pantalla personal en momentos familiares.
  • Optar por actividades alternativas como paseos, juegos de mesa o conversaciones cara a cara para fortalecer el vínculo.
 

Fomentar actividades alternativas a las pantallas

La reducción del tiempo de pantalla debe ir acompañada de la promoción de actividades que fortalezcan el desarrollo integral de niñ@s y adolescentes.

El deporte, por ejemplo, no solo mejora la salud física, sino que también fomenta habilidades sociales y emocionales, como el trabajo en equipo y la gestión de emociones. Otras actividades, como la lectura o las artes, estimulan la creatividad y las capacidades cognitivas.

Acciones específicas:

  • Organizar calendarios familiares que incluyan tiempo para el deporte, salidas al aire libre y actividades creativas como la pintura.
  • Incentivar la participación en talleres o clubes que permitan a los niñ@s socializar cara a cara.
 

Uso responsable de herramientas digitales

Cuando el uso de dispositivos digitales es necesario, es fundamental garantizar que estos aporten valor educativo. En el caso de los adolescentes, se recomienda el uso de aplicaciones y programas que promuevan el aprendizaje, con controles parentales que limiten el acceso a contenidos inadecuados.

Acciones específicas:

  • Utilizar dispositivos con herramientas de seguridad.
  • Monitorear las actividades digitales de los adolescentes.
  • Involucrar a los jóvenes en discusiones sobre los riesgos y beneficios del mundo digital.
 

Conclusión

El uso de pantallas en la infancia y la adolescencia es un fenómeno complejo que requiere un análisis equilibrado. Si bien la tecnología ofrece herramientas poderosas para aprender y conectar con el mundo, su uso excesivo o inadecuado puede generar consecuencias negativas en el desarrollo físico, emocional y cognitivo, especialmente en edades tempranas.

En lugar de demonizar las pantallas, el desafío radica en integrar la tecnología de manera saludable en la vida cotidiana. Esto implica educar en el uso consciente de las herramientas digitales, equilibrar su tiempo de uso con actividades protectoras como el juego al aire libre y la interacción social, y garantizar una supervisión adaptada a cada etapa del desarrollo.

El compromiso con esta realidad debe ser compartido entre familias, educadores, gobiernos y comunidades, promoviendo hábitos digitales responsables y considerando las diferencias en acceso y recursos tecnológicos.

Finalmente, proteger el desarrollo integral de niñ@s y adolescentes en un mundo digital no significa rechazar la tecnología, sino aprender a utilizarla como una aliada, priorizando su bienestar y asegurando que la tecnología sirva al desarrollo humano, y no lo comprometa.




 

Referencia:

Cómo citar esta publicación: Amaya Cordoba, A. C. (2025). Claves para un Desarrollo Infantil Saludable en la Era Tecnológica: Aportes Estratégicos Basados en la Evidencia Actual. Asociación Educar para el Desarrollo Humano. www.asociacioneducar.com/blog/claves-para-un-desarrollo-infantil-saludable-en-la-era-tecnologica-aportes-estrategicos-basados-en-la-evidencia-actual

Fisioterapeuta, Escuela Colombiana de Rehabilitacion de Colombia; Magister en Neuropsicologia y Educacion, Universidad Internacional de La Rioja; Docente, Escritora y divulgadora (@fisiodelainfancia) en pro de la infancia y el ámbito educativo.